Desde mi época de estudiante, cuando la lucha antiimperialista era todo un fenómeno de popularidad, por el masivo seguimiento, en especial en las aulas de liceos y la universidad estatal, era notoria la famosa frase “intervencionismo”.
Todo lo que “oliera” o estuviese ligado a los “yanquis”, recibía el repudio automático en ese núcleo, quizás no por convicción, sino por estar en la moda o no sufrir la denominación de “peón o agente imperialista”.
Aunque todavía existen elementos muy aislados de la población que “cacarean” esas consignas, no encuentran eco ni respaldo, incluso de esos jóvenes que eran llamados despectivamente “cabezas calientes”.
Los tiempos cambian, el mundo y su gente también, en algunos casos la metamorfosis ha sido moderada, pero en otros radical.
Y digo esto, porque la humanidad transita en la actualidad en pos de la armonía y cooperación, a pesar de que en algunos puntos cada vez menores se producen hechos lamentables.
Ayer asistí a un encuentro con la embajadora de los Estados Unidos en el país, Robin Bernstein, quien mostró un interés poco visto en la búsqueda de soluciones a los problemas deportivos que nos agobian.
Sus propuestas, incluso expuestas al presidente Danilo Medina, son sumamente interesantes en todos los sentidos, en especial para la niñez y la juventud en edad escolar.
Asimismo, es relevante el trabajo que realiza junto a un equipo, al que ha integrado a su esposo, con el objetivo de que los peloteros que firman para organizaciones de Grandes Ligas tengan la adecuada protección, en especial educativa.
No es un secreto que son miles los jovencitos que abandonan la escuela para dedicarse al béisbol, con la esperanza de obtener un pacto que los saque del la situación de pobreza en que viven junto a los suyos.
La señora Bernstein se ha reunido con todos los estamentos del Estado para plantear la ayuda que daría Estados Unidos para mejorar, no solo a nivel del béisbol, sino otros deportes.
Ese es un “injerencismo” que quisiera en todos los sectores de la vida nacional que requieran de mejoras substanciales, porque nadie dude que tenemos inconvenientes en todas las áreas.
Si es para ayudar a resolver problemas básicos a la población, en especial la más necesitada, que siga la “intromision y la ingerencia”.