Frederich E. Bergés
El informe al que nos referimos hoy en esta columna es el último emanado de nuestro Banco Central y no el afamado Informe de Alicia Ortega que semanalmente se presenta por la televisión. Pero casi igual al anterior, la institución rectora monetaria y cambiaria nos ha ido acostumbrando a reportes periódicos, procurando explicitar sus decisiones y alentándonos a ver con optimismo el futuro económico de la nación.
Ciertamente, y sobre todo en esta pandemia y con el nuevo gobierno, el Banco Central ha desplegado el arsenal de sus instrumentos disponibles con el objetivo de contribuir a preservar la estabilidad cambiaria e influir en el sostenimiento de un nivel de actividad económica que pueda sustentar una eventual reactivación post pandemia.
Y esto, porque por más esfuerzos que realice la cabeza de las autoridades monetarias, hasta que no controlemos y eventualmente venzamos el COVID, todos los esfuerzos son para mantener vivo el aparato productivo-comercial.
La primera y más influyente decisión que ha impactado en el actual nivel de actividad ha sido la decisión de ejecutar medidas de carácter expansivo monetarios, o sea, poner dinero en manos de consumidores, comercializadores y productores para contrarrestar los efectos recesivos de la pandemia.
Esto se ha logrado facilitando enormes cantidades para préstamos vía los intermediarios y en condiciones concesionales.
Lo anterior se ha llevado a cabo con el mantenimiento de un delicado equilibrio para evitar efectos nocivos sobre los niveles de precios y tasa de cambio.
Pero el Banco Central no influye por sí mismo en el nivel de actividad, sino que requiere estrecha colaboración del Ministerio de Hacienda y la política fiscal.
Aquí el propio gobierno carga con una enorme responsabilidad, la cual parece se esfuerza por cumplir.
Sin embargo, este esfuerzo no puede agotarse ya que, como dice el consabido refrán popular, aún hay mucho por hacer, comenzando con la recapitalización del Banco Central y una serie de medidas de ajuste adicional, que confiamos en el buen tino del actual equipo económico para hacer cumplir.
