El huracán Fiona, debe servir de ejemplo para planificar políticas públicas de prevención, mantenimiento y construcciones sostenibles, ante los efectos de los desastres naturales.
El ciclón Fiona impactó la República Dominicana por la comunidad de Boca de Yuma, provincia La Altagracia, la madrugada del lunes 19 septiembre 2022 a las 3:30 a.m., con vientos de 150 kmtrs/horas, categoría 1 en la Escala Saffir-Simpson, con movimiento de traslación 13 kmtrs/horas, de acuerdo a los datos ofrecidos por el Centro Nacional de Huracanes
Desde el paso del huracán Jeanne, el 17 de septiembre 2004, hace 18 años, no habíamos sido impactado por un fenómeno Atmosférico con categoría de huracán que, afecto severamente el país con vientos máximos de 200 kmtrs/horas, categoría tres y desplazamientos de 13 kmtrs/horas.
Nuestro territorio es muy vulnerable a los fenómenos naturales, lo que nos debe llevar a una verdadera reflexión, de que estamos haciendo como nación, ante estos eventos que, solo se tratan cuando se informan que están por tocar la republica dominicana, y ahí, si se reúnen en el palacio nacional para coordinar acciones de enfrentar los daños que se pueden ocasionar.
El informe del Banco Mundial con su título “Grupo Banco Mundial Hoja de Ruta para la Acción Climática en América Latina y El Caribe 2021-2025”, en su introducción titulada “El cambio climático ya está causando daños económicos en América Latina y el Caribe y amenaza con aumentar los índices de pobreza extrema”. En la primera parte de su primer párrafo, da una clara advertencia que debemos tomar muy en cuenta.
Citamos:” En América Latina y el Caribe, la aceleración del cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos. En 2020, se produjo la temporada de incendios más catastrófica de la historia en la región del Pantanal y una cifra récord de tormentas durante la temporada de ciclones en el Atlántico”.
Este país ha vivido en el boato, los diferentes gobiernos no han tenido una verdadera y responsable planificación, mantenimiento rutinario y prevención y ante los pasos de los fenómenos naturales, que se originan para el beneficio de la humanidad y se convierten en desastres naturales, por el descuido y olvido de acciones tendentes para que, se eviten los daños.
Urge enfrentar la deforestación indiscriminada, la sedimentación de los embalses de las presas, el desordenado Ordenamiento Territorial y la sobre explotación en el uso de los suelos, la falta de canalización y adecuación de cauces de ríos, la ausencia de un plan de manejo de cuencas hidrográficas y de reforestación.
Hay hacer un plan nacional para proteger nuestras cuencas fluviales, evitar la extracción de materiales de ríos y arroyos, así como la limpieza y extracción de sedimentos de los canales de regadío, para evitar grandes inundaciones que, producen pérdidas de vidas y millonarias recursos económicos en las infraestructura viales, hidráulicas y edificaciones, la ganadería y la agricultura.