Santo Domingo.-Los tiempos han cambiado, y no es un secreto que cada vez son más los hombres que se preocupan por su imagen y acuden a los centros de estética para realizarse tratamientos faciales y corporales que les ayudan a mejorar su belleza y apariencia.
No es nada nuevo que la medicina estética se asocia más a mujeres que a hombres. Esto se atribuye a algo cultural, social o estereotipos que los individuos han creado.
La medicina estética está ganando cada vez más popularidad entre los hombres. ¡No se están quedando atrás!
De acuerdo a la esteticista Kirshe Piñeiro, para poder hablar de este tema se deben entender y respetar las características de la piel masculina como también sus rasgos particulares, lo cual es clave en una mejora estética natural y adecuada a su sexo.
Indica: “Luego de esto, quiero recalcar que existen normas, rasgos y distintivos específicos en un rostro masculino, que sin nosotros estar conscientes son las razones por las cuales los consideramos atractivos”.
La experta manifestó que, por ejemplo, es particular en ellos una estructura ósea más definida, más cuadrada en algunos casos, como lo es por ejemplo un ángulo mandibular prominente, así como un tipo de piel que suele ser más gruesa que la femenina.
Comúnmente pasado por alto, es un rasgo que otorga definición y prominencia a un rostro masculino.
Un contorno diferente
El arco de las cejas es otro maravilloso ejemplo, ya que los hombres poseen menos arco y suelen ser más rectas que las femeninas.
Asegura que el especialista toma en cuenta estos datos para así determinar los procedimientos estéticos adecuados para ellos.
Lo que más se realizan
Explica que dentro de los procedimientos más utilizados por los hombres actualmente están las terapias regenerativas capilares, faciales, láseres para rejuvenecimiento, meso terapias corporales para disminución de grasa, láser de depilación y último, pero no menos importantes rellenos faciales y el uso de toxina botulínica.
Estos procedimientos se realiza de acuerdo a las necesidades de cada individuo, no solo tomando en consideración el género, sino también expectativas, edad, estilo de vida y teniendo como prioridad preservar la naturalidad de las expresiones y rasgos masculinos.
Piñeiro dijo que la preocupación número uno entre sus pacientes es que se sacrifique la naturalidad de sus expresiones.