El creciente gusto del público por la pizza al carbón está creando demanda de un tipo de carbón conocido como antracita.
La antracita en una época fue la niña mimada del mercado de combustibles de los Estados Unidos.
Calefaccionaba los hogares e impulsaba las locomotoras.
La producción llegó a su pico máximo de más de 100 millones de toneladas hacia el fin de la I Guerra Mundial.
Cayó a 1,3 millón en 2003 cuando los lugares de donde extraer este tipo de carbón comenzaron a escasear. Este año, la producción de antracita llegará a los 2,5 millones de toneladas y la industria podría promediar de 5 millones a 10 millones en los próximos años.
