El fanatismo se va a la porra y la frustración se apodera de todo un equipo, cuando un equipo con una gran labor en la parte regular, comienza a caer o ya está cayendo al abismo, lo cual queda demostrado con los Gigantes del Cibao, donde se registra una muy escasa asistencia a los últimos encuentro en el estadio Julián Javier en San Francisco de Macorís.
Después de exhibir en la serie regular una maquinaria que parecía imbatible, ahora en el “Todos contra Todos”, el equipo se ha desmoronado, al punto que antes del partido de anoche, ya a la mitad del proceso de los 18 juegos a que está pactado, apenas tiene una victoria con ocho reveses, en la última posición y prácticamente descartado.
Aunque lo que es igual no es ventaja, creo que para todos los equipos es un verdadero rompecabezas, el denominado draft que se efectúa con los jugadores de los dos conjuntos que quedan eliminados en la vuelta regular de 48 encuentros, lo que hace posible que con esas adquisiciones, un conjunto con pésima actuación en la primera parte del torneo dé un giro de 180 grados en el terreno de juego.
Entiendo, y no por esta situación que hoy presentan los Gigantes, que el draft debe eliminarse y que con los cuatro clasificados a la etapa semifinal, el que acabó primero en la regular se mida al cuarto, y tercero vs el segundo en una serie que podría estar pactada al mejor de cinco o de siete.
Así, los dos equipos que resulten ganadores de esas miniseries, se enfrentarían en la serie final, para determinar el campeón.
Mientras eso no se implemente, seguiremos observando casos como el que hoy atraviesan los Gigantes, pero que también les podría ocurrir a otros equipos que han acumulado una excelentes actuaciones en la parte regular.