El Gobierno venezolano rechaza a la OEA como observador en elecciones de 2020

El Gobierno venezolano rechaza a la OEA como observador en elecciones de 2020

El Gobierno venezolano rechaza a la OEA como observador en elecciones de 2020

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.

Madrid.- El Gobierno venezolano admitió este lunes que la ONU y la Unión Europea puedan ser observadores internacionales en las elecciones parlamentarias de 2020, pero rechazó tajantemente que lo sea la Organización de Estados Americanos (OEA).

La OEA “es responsable directo del golpe de Estado perpetrado en Bolivia y que acabó de manera violenta con el Gobierno de nuestro hermano Evo Morales, es responsable de agresiones brutales a que ha sido sometida Venezuela en este año 2019”, argumentó el jefe de la delegación venezolana en la cumbre mundial del clima COP25.

En una rueda de prensa en la embajada de Venezuela en Madrid, Jorge Rodríguez Gómez añadió que “sospecha” que “toda la oposición» venezolana también se opone a la presencia de la OEA.

Aseguró que Venezuela asiste a los “estertores de la aventura siniestra” del líder opositor Juan Guaidó, reconocido presidente interino de Venezuela por más de 50 países, entre ellos EEUU y España.

Rodríguez Gómez, vicepresidente sectorial de Comunicación, Turismo y Cultura, aseguró que antiguos seguidores acusaron recientemente de “corrupción” a Guaidó; habló también de su “vinculación” con la “banda narcoparamilitar Los Rastrojos” y mostró unas fotos donde aparecía, según su versión, fotografiado con miembros de este grupo.

“Insistimos en nuestra propuesta de que, a través del diálogo, podamos avanzar para fortalecer las instituciones en Venezuela”, dijo en alusión a la Asamblea Nacional (Parlamento), “muy maltratada” por las prácticas de Guaidó y “sus conmilitones».

Le reprochó que se presente como “presidente de la Asamblea Nacional y presidente interino de la República”, pues se arroga la función de cabeza de dos poderes públicos, es decir, un “verdadero dictador” si estuviera en sus manos el Estado.

“Avancemos -planteó- para establecer bases electorales que nos permitan a todos los venezolanos llegar a las elecciones parlamentarias que, por la Constitución, deben ser convocadas este próximo año 2020, y que puedan ser observadas por la comunidad internacional, puedan ser debidamente competitivas (…) para que todos sintamos confianza en el sistema electoral venezolano».

Diálogo con la oposición 

Peguntado por si Guaidó es un intelocutor válido, respondió- “Nos mantenemos en continuo y permanente contacto con todos los actores de la oposición venezolana (…), hemos mantenido contacto con todos los partidos y todos los grupos políticos de la oposición».

En el proceso de diálogo, precisó, “si todo ocurre dentro del margen de la Constitución, estamos dispuestos a discutir y hablar con todos».

Pero si ocurre dentro de los límites de conductas y practicas criminales, “sin duda no tenemos nada que hablar en ese sentido».

Explicó que ya se formó una comisión preliminar dirigida a la renovación del órgano electoral venezolano, y se llegó en la mesa de dialogo nacional, afirmó, a una serie de acuerdos sobre auditorias del sistema electoral y sobre la revisión de registro electoral y la observación internacional.

“Proponemos que sea lo más amplia posible -insistió-, que observe Naciones Unidas, la UE si quiere, España si quiere. Vamos a cursar invitación a todos los organismos y países que, de buena fe, quieran observar las elecciones parlamentarias».

Peguntado por si se invitará a la OEA, dijo que “no es una organización multilateral donde se encuentren los países de América”, sino que “avala cualquier agresión que se haga contra cualquier pueblo de América que decida ser libre».

Incluso, añadió, “la oposición está de acuerdo en que es un organismo completamente politizado (…). Yo sospecho que toda la oposición va a estar de acuerdo con que no vaya la OEA».

Sobre el cambio climático, alertó de que no hay más tiempo que esperar, agregó que el Gobierno venezolano trabaja para que su economía deje de depender absolutamente de las exportaciones de petróleo, como ocurrió desde hace un siglo, promueve energías limpias y se plantea que la minería sea respetuosa con el medio ambiente.