En su discurso durante la celebración del 67 aniversario de la fundación del Banco central, el gobernador Héctor Valdez Albizu habló sobre la situación de la Economía dominicana y las perspectivas para el año que transcurre 2014.
Dentro de los logros citó el alto crecimiento del PBI de un 7%, el crecimiento de las exportaciones y el turismo, el crecimiento del empleo y la disminución de la pobreza en el país pero indicó que a pesar de estas cifras tan positivas (las cuales no analizaremos en este momento) “… la economía dominicana va por el camino correcto.
No obstante, estamos conscientes de que el país tiene una agenda pendiente que implementar en coordinación con el sector privado, a fin de impulsar políticas públicas y reformas estructurales que hagan posible que el crecimiento económico “se derrame” en forma más equitativa en la población dominicana, contribuyendo a reducir la pobreza y la desigualdad.”, pero Sr. Gobernador usted y todo el mundo sabe que ese “derrame” no existe, nunca existió ni existirá jamás sino todo lo contrario.
La teoría del “derrame del bienestar” o “la trickle down economics” es un concepto puramente neoliberal.
Se puso de moda en los tiempos de Reagan y Margaret thatcher cuando se empezaron a aplicar los paquetes de políticas neoliberales en esos países y consistía en hacer creer a los trabajadores y sectores de clase media que si esperaban a que el modelo se desarrollase, es decir, cuando los empresarios y capitalistas alcanzaran su mayor nivel de bienestar económico, se produciría un “derramamiento” o “goteo” hacia los sectores de ingresos bajos de ese mejoramiento de manera natural o ayudado por ciertas políticas sociales que el Estado aplicaría, produciéndose así de forma natural el anhelado equilibrio social, donde se conjugarían una distribución del ingreso más equitativa y una mayor inclusión social.
Por lo tanto solo había que ofrecer a los capitalistas todos los incentivos y garantías para que desarrollasen las fuerzas productivas al máximo ya que este desarrollo finalmente se esparciría por toda la economía y llegaría hasta la población de más bajos ingresos.
La realidad ha demostrado que esta teoría ha fracasado, pues donde quiera que las políticas neoliberales se han aplicado, y nuestro país no se escapa de esto, se ha producido el fenómeno contrario o sea que a pesar de haberse producido un significativo crecimiento de la economía este “derrame” no se produjo y lo que si se ha presentado es una mayor concentración del ingreso y mayor exclusión.
Hasta el Papa Francisco, a quien el Gobernador del Banco Central cita en su discurso, reconoce la falacia de los argumentos de la teoría del derrame, cuando en su exhortación apostólica del 24 de noviembre del 2013, desautorizaba dicha teoría por nunca haberse comprobado que ¨todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra por si mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo.¨
Otros autores plantean que no ha sido la teoría del derrame la que ha fallado sino la falta de aplicación de las políticas sociales que debieron acompañar al modelo neoliberal. ¿Serán estas las políticas públicas y las reformas estructurales a las que se refería el señor gobernador en su alocución?. Si esto fuera así sabemos que las políticas públicas a que se refiere el disertante son las mismas recetas de siempre:
Continuación de la política de asistencialismo social en todas sus formas (tarjeta solidaridad, bonos de gas y luz etc.) las cuales no van dirigidas hacia las causas más profundas de la pobreza y la exclusión social, sino que son salidas de la ortodoxia neoliberal a las secuelas de la implementación del modelo. En cuanto a las reformas estructurales, estamos seguros a que se refiere a aquellas que resultan en una mayor profundización del modelo neoliberal, siendo la contrarreforma al código laboral, propuesta por los empresarios, la primera de todas.
El mito neoliberal del derrame del bienestar no se ha producido. Según un estudio de Oxfam la desigualdad social a nivel mundial se ha incrementado, con honrosas excepciones como la de la región latinoamericana, gracias a las políticas anti neoliberales que los principales países del Cono Sur y Centroamérica, han venido aplicando desde hace algunos años.
El 1% más rico de la población detenta casi el 50% de la riqueza mundial y 7 de cada 10 personas viven en países donde la desigualdad social se ha incrementado en los últimos 30 años. En nuestro país el principal problema de la economía es el alto y creciente nivel de desigualdad social y económica ocasionado por la masiva aplicación de políticas económicas neoliberales que se comenzaron a aplicar en el país desde hace más de 35 años.
En lugar de sentarnos a esperar el “derrame” prometido, apliquemos medidas que reviertan el carácter regresivo de nuestra estructura fiscal por una de carácter progresivo, hagamos una verdadera reforma estructural que defienda los recursos naturales y estratégicos de la nación, que construyamos una verdadera seguridad social dirigida a beneficiar a los trabajadores y a la población de ingresos bajos y no al capital financiero especulativo, que apliquemos medidas que protejan y fomenten nuestro mercado interno para que sea nuestra industria nacional, la que sobre una base técnico científica, genere empleos de calidad. De esta forma empezaríamos a derrumbar los muros de la “larga noche neoliberal” y empezaríamos a trillar un camino seguro hacia el bienestar de la mayoría de los dominicanos.