El gigantesco cráter de 50 metros de profundidad que apareció en Siberia y causa asombro entre los científicos

El gigantesco cráter de 50 metros de profundidad que apareció en Siberia y causa asombro entre los científicos

El gigantesco cráter de 50 metros de profundidad que apareció en Siberia y causa asombro entre los científicos

Los cráteres comenzaron a aparecer en 2014.

Desde que aparecieron por primera vez en 2014 han causado fascinación y temores dentro y fuera de Siberia.

Se trata de unos cráteres inmensos que se abren de forma abrupta en la superficie en este vasto territorio de Rusia.

Recientemente, un equipo de la televisión local descubrió uno nuevo de forma accidental que se cree que tiene unos 50 metros de profundidad.

Luego, un grupo de científicos realizó una expedición para examinar el gran agujero en forma de cilindro y no pudieron contener el asombro.

«Lo que vimos hoy es sorprendente por su tamaño y grandeza. Son las fuerzas colosales de la naturaleza las que crean tales objetos», dijo al diario Siberian Times Evgeny Chuvilin, investigador principal del Instituto de Ciencia y Tecnología de Skolkovo que participó en la expedición científica.

De acuerdo con la prensa local, se trata del «más impresionante» de los 17 cráteres que han aparecido en esta región en los últimos años y que se cree que son causados por la acumulación de gas metano debajo del hielo de la superficie.

«Este objeto es único. Contiene mucha información científica adicional, que aún no estoy listo para divulgar», dijo el geólogo Vasily Bogoyavlensky, del Instituto Ruso de Investigación de Petróleo y Gas en Moscú a la televisora Vesti Yamal.

¿De qué se trata?

Según un reporte del Instituto de Ciencia y Tecnología de Skolkovo, estos agujeros son llamados hidrolacolitos y comenzaron a aparecer en esta zona en 2014 como consecuencia del derretimiento del permafrost (la capa de suelo permanentemente congelado —pero no permanentemente cubierto de hielo o nieve— de las regiones muy frías o periglaciares, como la tundra siberiana).

Bogoyavlensky explicó a la televisora que los cráteres aparecen porque «se forman cavidades saturadas de gas en el permafrost» y luego, producto el derretimiento del hielo de la superficie, son liberados a la atmósfera.

«En un sentido literal, es un espacio vacío lleno de gas a alta presión y se forma cuando la capa de hielo de la cobertura se distiende «, dijo.

siberia

Hay reportes de unos 17 cráteres de este tipo en Siberia.

De acuerdo con Siberian Times, en muchas ocasiones, el surgimiento de estos cráteres está asociado a grande explosiones, por el gas que escapa de las profundidades.

Bogoyavlensky consideró que las actividades humanas, como la extracción de gas de las vastas reservas de Yamal y el cambio climático podrían ser dos factores detrás de sus apariciones.

Una puerta al pasado

Estos cráteres, según medios rusos, representan una rara ocasión de mirar al mismo tiempo al pasado, al presente y al futuro.

Las capas de sedimento expuestas revelan cómo fue el clima en la región durante 200.000 años, un registro geológico que puede ayudar a comprender cómo será en el futuro la adaptación de la región al calentamiento global.

Y al mismo tiempo, un potencial crecimiento del cráter puede ser un indicador inmediato del creciente impacto del cambio climático en el permafrost.

Cráter de Batagaika

En algunos cráteres descubiertos con anterioridad, como el Batagaika., la pared ha crecido un promedio de 10 metros al año. Pero en años de mayor temperatura el incremento ha sido de hasta 30 metros.

Según explicó con anterioridad a la BBC Julian Murton, profesor de Ciencia del Permafrost en la Universidad de Sussex en Inglaterra, el proceso que llevó a la exposición de estos cráteres se inició en la década del 60.

La rápida deforestación en la zona implicó que en los meses de verano el terreno dejó de estar protegido por la sombra de los árboles.

Los rayos del sol calentaron el terreno y el proceso se aceleró ante la falta de transpiración vegetal, que habría disminuido la temperatura del suelo.

«Esta combinación de menos sombra y transpiración llevó a un calentamiento de la superficie», explicó Murton.