He aquí mi ‘Biografías Colectivas: retratos y recuerdos de las figuras de mi tiempo’., Vol. 1, (245 páginas) que salió a la luz en noviembre de 2021, por la Editora 12 de Octubre.
Reúne relatos breves, de temas variados en los ámbitos de la cultura, la literatura y la política. Es un libro fundamentalmente de biografía y de necrología, que trata de darle la vuelta al mundo de hoy, con las informaciones que fueron surgiendo en el momento en que se convirtieron en noticias.
En esta obra hay, en realidad, “estos pequeños esbozos que representan, artículos publicados en los diarios de la ciudad, algunos en revistas especializadas, sobre diversas personalidades y algunos hechos con algún valor académico-político, y quizás hasta literario”.
Por eso, en su unidad semántica, esta obra es una suerte de “comunión entre ciudadanía cansada y literatura rebelde”.
Estas ‘charlas’ tienen el propósito de reflexionar sobre la situación cultural y fundamentalmente de llenar un vacío que tiene que ver con los intelectuales de estos tiempos, acerca de las obras que ellos mismos crean.
Ni uno sólo de los escritos ignoran el análisis de sus creaciones y las circunstancias en que salen a la luz, generalmente cuando amanece el día que trae la noticia de un reconocimiento, un premio; y en el peor de los casos, cuando nos enteramos de sus muertes.
Los ensayos políticos, sobre las vidas de la gente creadora, se han vuelto necesarios de un tiempo para acá; en las Ferias de Libro surgen como voces a seguir por los juicios que evocan. Grandes autores suelen publicar sus artículos, editar sus conferencias o discursos. Los editores, con sus cabezas llenas de ideas de libros, acosan a los escritores para que las ideas que puedan aportar las publiquen, los convencen de que den a conocer sus experiencias destinándola al mundo, aunque sea como opiniones, recuerdos o retratos.
Es lo más difícil: los intelectuales no están seguros en ninguna parte. Y el género biográfico no da mucha libertad. Por nuestra parte, nos distraemos en escribir para el público, de prisa, improvisando el momento, demasiado contemporáneo.
Pero, en definitiva, toca al lector clasificar esta obra, que hemos escrito un poco esperanzado de contagiar al público, queriendo hurgar en las biografías de algunos personajes del saber social, político y cultural del mundo secular, latinoamericano y nacional; el lector es libre de leer el libro con gusto de iconoclasta, o de compartir gustoso los lineamientos del autor que, al término de estas páginas, dan cuenta de ser una inteligencia dirigida por los periódicos y los medios.
¿La biografía es un arte? También el autor se hace la misma pregunta. Porque es claro que algo detrás de ella debe de haber. Estas nuevas biografías colectivas fueron escritas porque había sombras entre sus páginas, y porque “las vidas que no se escriben tiene pocas oportunidades de sobrevivir”, al menos esos creen los biógrafos, que representaron un oficio que se ha vuelto raro en estos tiempos.
A juzgar por la cantidad de vidas contadas en el libro, mediante la escritura de los hechos de personas particulares, donde prevalece el yo del otro, “las pruebas al alcance de la mano”, para ser contado por el biógrafo, que como se sabe “está atado de pies y manos”, bien puede tener resultados de diferencias imprevisibles.