La cantidad de estudiantes que se inscriben en las universidades del mundo está creciendo de manera progresiva. En la República Dominicana son casi 600 mil estudiantes los matriculados según reporte de la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
En este sentido, nos podríamos hacer la siguiente pregunta: ¿a qué se debe este creciente interés por completar estudios universitarios?
En un documental llamado Torre de Marfil (en inglés Ivory Tower), que trata sobre la realidad de la educación superior en Estados Unidos, se mencionan tres razones por las que los jóvenes ingresan a la universidad: conocimiento, red de contactos y acreditación oficial de competencias (diploma).
Lo que nos lleva a la siguiente pregunta reflexiva: ¿las universidades de hoy están cumpliendo con esta misión?
En la era digital en que vivimos, experimentamos una democratización radical del conocimiento. Los saberes y conocimientos de la especie humano están al alcance de todos gracias a su digitalización.
Solo basta con tener un buen acceso a Internet para poder manejar diversas plataformas de educación gratuita y por costo; así como también a las innumerables bases de datos en línea y sus correspondientes contenidos digitales.
Por ejemplo, gracias a iniciativas de Cursos Online Masivos y Abiertos (MOOC) como los que tienen las universidades prestigiosas de Standford, MIT y Harvard, podemos realizar cursos con los profesores más prestigiosos de un tema o campo específico totalmente gratis y con altísima calidad.
Esto es verdaderamente una revolución sin precedentes.
En relación a la creación de redes de contactos, estamos constatando también el increíble cambio en la forma en que nos conocemos y comunicamos gracias a las redes sociales como Facebook, Twitter, LinkedIn, Instagram y otras herramientas similares. Vivimos en la era de la socialización digital a una escala global.
Entonces podemos decir que la universidad aporta, entre otras cosas, la acreditación de las habilidades y competencias de los estudiantes, supuestamente adquiridas en un período de tiempo determinado y, oficializadas por una agencia de gobierno o asociación de acreditación.
De ser así, las universidades del futuro están compelidas a realizar mayores esfuerzos en mejorar su calidad y excelencia mediante procesos de acreditación y mejora de servicios académicos.
Hoy más que nunca debemos construir la universidad del futuro. Aquella que sea pertinente para estudiantes, profesores y administrativos, pero sobre todo aquella que aporte de manera significativa al desarrollo integral de las personas y sus sociedades.