Es importante citar a Nelson Mandela, ex presidente de Sudáfrica y uno de los líderes más célebres y carismáticos del siglo XX, cuando dijo: “La educación es el gran motor del desarrollo personal.
Es a través de la educación que la hija de un campesino puede llegar a ser médico, que el hijo de un minero puede llegar a ser cabeza de la mina, que el descendiente de unos labriegos puede llegar a ser el presidente de una gran nación”. El poder que confiere una buena educación es imposible de sopesar o definir.
Los seres humanos pueden llegar a ser una mejor versión de sí mismos mediante un camino educativo de calidad, pertinente y que les lleve a disfrutar plenamente de la dimensión trascendente que poseemos todos en nuestra alma.
En ese sentido, la educación tecnológica juega un papel muy importante. Gracias a la digitalización extrema de la vida humana, las personas que estudien tecnología tendrán mayores garantías de un mejor futuro. La educación técnica y tecnológica es más necesaria que nunca.
Son miles las vacantes que hoy no pueden ser ocupadas por falta de personal debidamente formado. Es decir, son miles, y hasta millones, los empleos que no son creados porque no se aprovecha la educación tecnológica como un vehículo ideal para cambiar vidas.
Por eso, debemos poner más atención en el desarrollo de una estrategia nacional de educación tecnológica que suponga mayor inversión pública en la creación de una masa crítica de talento para fortalecer el desarrollo tecnológico de nuestra nación.
Debemos buscar nuevas modalidades de formación y diferentes formatos educativos, para capacitar en menor tiempo y mayor calidad a los profesionales TIC del mañana. Creo firmemente que podemos convertirnos en la potencia tecnológica del Caribe y de toda la región. ¡Juntos Podemos!