Ciudad del Vaticano. El funeral de Benedicto XVI, que falleció hoy a los 95 años, será “solemne, pero sobrio”, como ha sido su expreso deseo, aunque quedan muchas dudas que este sábado no fueron aclaradas, cómo saber si se invitarán a los Jefes de Estado o el lugar en el que el papa emérito será enterrado.
La inusual figura del papa emérito no está regulada, por lo que en los últimos días, desde que se conoció el agravamiento del estado de salud de Joseph Ratizger, comenzaron las reuniones en el Vaticano sobre cómo sería el protocolo de un pontífice que renunció hace casi 10 años.
Según avanzó el portavoz vaticano, Matteo Bruni, Benedicto XVI dejó como última voluntad que su funeral fuera “lo más sencillo posible. Solemne, pero sobrio». Por el momento, Bruni sólo explicó que el papa Francisco será quien oficiará el funeral por el pontífice emérito el próximo 5 de enero, a las 9.30 horas (8.30 GMT), en la plaza de San Pedro, y por lo tanto entre los 4 y 6 días después de la muerte del pontífice, como manda la tradición.
No quiso detallar si se tratará de un funeral de Estado en el que se invitarán a las autoridades de todos los países del mundo. La capilla ardiente de Benedicto XVI se abrirá este lunes 2 de enero en la basílica de San Pedro del Vaticano, al igual que con el resto de pontífices, y el cuerpo permanecerá para un ultimo adiós de los fieles hasta el 4 de enero. Sin embargo, no se conoce si el papa Benedicto será embalsamado como sucedió con algunos de sus predecesores.
El féretro con los restos del papa emérito sera trasladado a la basílica de San Pedro el lunes donde se colocará en un catafalco, delante del altar de la confesión, y allí permanecerá tres días antes de las exequias, que desde la muerte de Pablo VI y Juan Pablo I se celebran en la plaza de san Pedro.
Tampoco se ha dado a conocer, si como indica la tradición, el cuerpo del papa será colocado en tres féretros- uno de ciprés forrado de terciopelo carmesí y encajado en otro de plomo de cuatro milímetros de espesor, a su vez encajado en otro de madera de olmo barnizada.
Por el momento, tampoco se conoce el lugar indicado por Benedicto XVI para ser enterrado, aunque con total seguridad se trata de la cripta dedicada a los pontífices bajo la basílica vaticana, como ya reveló a su biógrafo, Peter Seewald.
Seguramente todas estas indicaciones las dejó escritas Benedicto en su testamento, que se abrió en el momento de su muerte. En espera de la afluencia de fieles el lunes en el Vaticano, ya se ha dispuesto el cierre de la plaza de San Pedro a todos los turistas y visitantes y también se prohíbe aparcar a los vehículos en las calles adyacentes.