El béisbol profesional en República Dominicana tiene una carga de fanatismo muy elevada, en especial, entre los seguidores del Licey y las Águilas, al punto de que en ocasiones se llega hasta la violencia física y verbal, mientras en otros casos se limita a las famosas “cuerdas” de las que muchos son “especialistas”.
Ahora con el “control” en sus enfrentamientos en que los Tigres están dominando con cierta facilidad a los cibaeños, estos están que botan chispas, están sumamente contrariados.
El fanatismo hace más daño que bien, aunque en los deportes, la situación no llega al extremo del que se practica como en la religión, es un poco más “civilizado”, aunque también hay que admitir que han ocurrido casos sumamente trágicos, en especial en juegos de fútbol.
Dada la pasión que genera el fanatismo, es bueno siempre no pasarse de la raya, aunque como dice el refrán: “el que gana es el que goza”.
Mientras tanto, los liceistas están que no se dan por nadie, porque al igual que los seguidores de las Águilas, su principal misión dentro y fuera de los estadios, es dar “carpeta”.
Los seguidores del Escogido no se quedan atrás en esta especialidad, pero como el equipo ha estado en baja en las últimas temporadas, no han podido meterse a ese modismo.
Mientras tanto, que siga la fiesta, porque esas discusiones y cuerdas no las para nadie, mientras uno de estos equipos esté por encima del otro en la tabla de posiciones o en sus series particulares.
RADARES.-Si a Framber Valdéz, le hubiesen caído a palos en su presentación en la Serie Mundial frente a los Filis, nadie estuviese alegando que utilizó sustancias prohibidas, pero como realizó una labor de primer nivel, le quieren echar “pelo al sancocho”.