El próximo sábado 14 de febrero del 2015, el Falpo cumple 30 años de fundado, quiero hacerles un resumen comprimido, desde su fundación hasta el presente, al estallido de abril de 1984 le siguió un acalorado debate sobre la situación del país. Algunos partidos de izquierda interpretaron los hechos como una señal de “revolución inminente”; otros señalaron que estábamos en una “situación prerrevolucionaria” y orientaron su táctica, hacia acciones insurreccionales. Otras corrientes del debate cuestionaron la actuación de la mayor parte de la izquierda cuya actuación fue la inoperancia y la impotencia ante el estallido.
Otra parte de la izquierda, en forma más calmada, asumiendo una postura autocrítica en relación a la incapacidad de las fuerzas de izquierda para potencial el descontento popular y transformarlo en opción política, plantearon que aquel era un “momento para acumular fuerzas, darle fortaleza a la lucha popular, ir preparando los eslabones superiores del combate, sacudir y depurar la izquierda y crear una instancia política con don de mando y vocación de poder” (Táctica del MPD).
De ahí la necesidad de una nueva política de inserción en las masas que debía tener como objetivo fundamental organizar y coordinar la lucha del pueblo (obreros, campesinos, desempleados, estudiantes, profesionales, amas de casa, etc.) para tirarlos a las calles a ganarse un espacio en la lucha por las reformas económicas y sociales y poner en evidencia al gobierno de turno.
En este sentido surge como necesidad la conformación de un instrumento de lucha capaz de impulsar la tormenta social en los sectores populares. En principio se pensó en crear o darle vida a las coordinadoras populares. Esto implicaba la coordinación nacional del trabajo popular en base a un frente amplio de lucha popular, finalmente fue estructurada el 14 de febrero del 1985, y se denominó Falpo.
Al momento de ser constituido, el Falpo se propuso los siguientes objetivos: tierra para los campesinos, insumos agrícolas a precios asequibles, créditos a bajos intereses, construcción de carreteras, escuelas, clínicas rurales, centros recreativos, construcción y pavimentación de las calles, mejora de los servicios de agua, luz, educación, deportes; rebaja del alto costo de la vida, reajuste de los salarios.
Además, el movimiento se propuso ampliar los espacios para ejercer el derecho a la protesta, no pagar la deuda externa y enfrentar los planes de convertir la deuda en inversiones, anular por medio a la movilización los acuerdos con el FMI, oponerse a la privatización de las empresas estatales. Así mismo, luchar contra la deforestación, la contaminación ambiental y los daños ecológicos a la flora y la fauna.
En principio, el Falpo fue concebido como una instancia de coordinación de distintos espacios organizativos. Por eso su carácter de frente. Además, fue el resultado de la comprensión de que en el país y en Latinoamérica se había producido una transformación significativa en torno a los sujetos sociales.
El Falpo, en sus 30 años de existencia, ha logrado insertarse en muchos pueblos, barrios y comunidades urbanas del país. Su dinámica se ha circunscrito a la organización de las comunidades para la lucha por reivindicaciones locales y nacionales que levantan demandas más generales.
Una de las características del Falpo ha sido su constancia y la coherencia, que ha incentivado en las luchas sociales y su carácter de firmeza y alto nivel ético de sus dirigentes en el sentido de no negociar las luchas por prebendas grupales. Se destaca la mayor capacidad organizativa en Nagua, Licey al Medio, Navarrete, Salcedo, Barahona, San Francisco, etc.
Se considera como un importante aporte la metodología de trabajo horizontal, el cara a cara con la gente, la labor cultural y educativa. Ha impuesto un método de negociación con las instutuciones gubernamentales, basada en el reclamo de que los funcionarios gubernamentales se reúnan con las comunidades y hagan acuerdos con la comunidad, no con la organización.
¿Hacia dónde va el Falpo hoy?
El Falpo ha alcanzado niveles significativos de organización en diversos pueblos y regiones del país. Entre estos cabe mencionar: el Distrito Nacional, Santiago, San Francisco de Macorís, Barahona, Azua, Higüey, San Pedro de Macorís, Nagua, San Cristóbal, Navarrete, Moca, Licey, Salcedo, Tenares, Fantino, Castillo, Bonao, Neiba, Los Rios, entre otros.
Hemos logrado posicionarnos en amplios segmentos de la población como una entidad seria, comprometida con los mejores intereses del país,y firme en la lucha. Actualmente es el único referente nacional de lucha social creíble y confiable que queda en el país.
Sus esfuerzos están concentrados en la definición de un conjunto de propuestas para el desarrollo de una estrategia de desarrollo local que será levantada en cada comunidad donde tenemos presencia, con el fin de configurar alianzas sociales y políticas que permitan la conformación de propuestas de gobiernos locales desde las bases de las comunidades.
Hoy la lucha contra la corrupción y la impunidad, las demandas locales por asfaltos, agua, energía eléctrica, construcción de obra, etc., están entre nuestras prioridades.
En sus 30 años de lucha, el Falpo ha sido víctima de la más brutal represión la cual ha dejado muertos, heridos, golpeados y apresados entre su militancia. El Falpo ha tenido varios coordinadores, entre ellos podemos mencionar a Rafael Bonilla y, luego le sucedió el sociólogoFidel Santana, quien es hoy el Candidato presidencial del Frente Amplio. En la actualidad la organización es coordinada por el brillante joven abogado Víctor Bretón.
¡El Falpo nació para vencer, no para ser vencido !
*El autor es vocero nacional del Falpo.