Santo Domingo.-Alexandra Izquierdo se podría definir como una funcionaria de éxito, que incursionó en la política gracias a su buen manejo profesional como corredora de seguros y ha cosechado buenos frutos en base al trabajo en equipo.
De ahí los logros alcanzados desde que el extinto presidente Joaquín Balaguer la involucrara de forma indirecta en la política, sin pertenecer ni estar en ese mundo, tras designarla en 1993 como funcionaria pública.
Hoy entiende lo difícil que es ocupar un cargo público, aún haciendo un trabajo importante en la política.
Atribuye a Dios la decisión de envolverse en la política, ya que su familia no estaba ligada a ese quehacer. Llegó al sector público siendo una empresaria privada, cuando Eduardo Antún, director de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (Corde), le solicitó administrar el Seguro San Rafael de ese consorcio.
Inicialmente no se sintió cómoda por no entender el sector público y a los nueve meses renunció al cargo, algo inusual.
“En esa ocasión alguien me comentó que a Balaguer no se le renuncia. Entonces le contesté: Yo no le estoy renunciando a él, sino al director de Corde”, comentó Izquierdo.
Cuatro meses después, Balaguer le solicitó a la entonces directora de Aduanas, que había sido Superintendente de Seguros, que le recomendara una persona para la dirección de Rentas Internas.
De inmediato le mencionó a Alexandra Izquierdo, momento que aprovechó el presidente para preguntarle el motivo de su renuncia de Seguros San Rafael.
La interlocutora le explicó que Izquierdo renunció porque no le dejaban aplicar las prácticas usuales en el sector privado. Entonces dispuso que le hicieran el decreto sin antes consultarla.
Aunque su amiga le anticipó algo, se enteró del caso por la radio y su reacción fue: “¿Yo, para el Gobierno otra vez?, eso es imposible. Pero la amiga me dijo que no le podía hacer eso, pues era ella la que le había dado la sugerencia a Balaguer.
En efecto, asumió la posición de recaudadora.
Experiencia
Antes de juramentarse le dijo al Presidente que no sabía nada de eso, pero este le dijo que había tenido muy buenos comentarios de ella y que no se preocupara, porque ellos se verían a diario.
Balaguer recibía todas las noches a los funcionarios racaudadores, quienes debían informarle los ingresos de cada día.
Esa fue una gran experiencia con la que logró aprender de la destreza de Balaguer y a manejarse con apego y transparencia, lo que al parecer lo cautivó. Luego la nombró como directora de Impuesto Sobre la Renta.
Explica que antes de ir a la oficina del Presidente, debían entregarle las documentaciones de las recaudaciones a la Secretaria Administrativa de la Presidencia, y luego Balaguer cruzaba las informaciones.
En 1996, cuando concluyó el gobierno de Balaguer, fue a darle las gracias por la confianza y el caudillo le respondió con un: “usted parece que se está despidiendo”, dejándole claro que quería que ella siguiera trabajando con él.
Posteriormente le pidió que le ayudara en las recaudaciones y entregas sociales de las cajas de Navidad, además de que fuera la tesorera de esos fondos. Después le asignó elaborar y repartir las cajas.
A partir de esa vivencia se ligó a la política, descubrió su calidad de dirigente y empezó a darse a conocer.
En 1998 Balaguer sugirió que fuera primera regidora del Partido Reformista Social Cristiano sin ser miembro de este. Lo tomó como un reto, se tiró a la calle a recaudar sus fondos y se los llevó a Balaguer. Recordó que le dijo:
“Usted es la primera candidata que viene a traer dinero y no a pedir”. Le dijo que usara esos fondos para su campaña´. Fue entonces cuando resultó electa regidora del Distrito Nacional.
En 1999 formalizó su entrada al PRSC. Ocupó el puesto de vicesíndica del Distrito Nacional, en el segundo periodo de Roberto Salcedo, de quien dice le dispensó un trato muy respetuoso.