Las capacidades se crean o se fortalecen como compromiso ético y responsabilidad del Estado a través de políticas públicas inclusivas que apuntan a concretar el bienestar social que permita a la población construir planes de vida, siendo autosuficientes y resilientes para enfrentar riesgos.
Crear capacidades permite al Estado concretar su rol de garante de la dignidad humana y de los derechos económicos, sociales y culturales de los individuos.
En la creación de capacidades que apunten a desarrollo humano, el Estado tiene que enfrentar retos que se asocian a la empleabilidad.
Si una economía no genera empleos dignos y emprendimientos sostenibles se desperdician las capacidades que se crean generando fugas de capital humano que bien puede aprovecharse en cada nación.
Otro reto que enfrenta la creación de capacidades desde el Estado es el desafío de la era de las tecnologías de información y la comunicación con sus consecuencias en la empleabilidad y la adaptabilidad a esta realidad.
Los sistemas educativos, la educación superior, la provisión de los servicios a todos los niveles implican innovación y creatividad para la pertinencia de las políticas públicas.
Grandes desafíos para el enfoque de creación de capacidades son las pandemias, los desastres y los choques climáticos y la vulnerabilidad medioambiental. Habría que profundizar cuáles capacidades tendrá que promover los Estados para situaciones de emergencias generalizadas y de gran escala que no incluyen solo a los pobres sino a Estados enteros.
Desde luego, es de primer orden, fortalecer la capacidad de resiliencia en los seres humanos asegurando medios de vida parece ser el camino, pero no necesariamente los países en desarrollo están preparados para construir a nivel masivo respuestas de recuperación sostenibles.
El camino a seguir pasa por la innovación, la creatividad, el ingenio y la transparencia, poniendo siempre a las personas, a los ciudadanos como centro de las respuestas, recordando que la mayor riqueza de un país es su pueblo, su gente.
Como dijo Nikola Tesla, “El desarrollo del hombre depende fundamentalmente de la invención. Su objetivo final es el dominio completo de la mente sobre el mundo material y el aprovechamiento de las fuerzas de la naturaleza a favor de las necesidades humanas”.