A unque usted no lo crea, a pesar de las inversiones multimillonarias que se realizan desde hace un tiempo en el remozamiento de instalaciones deportivas, el estadio de San Cristóbal; el Temistocles Metz, a donde por varios años se jugó béisbol profesional, se encuentra en un estadio de deterioro, que hay que verlo para creerlo.
Esta obra inaugurada en 1977, en el gobierno de Joaquín Balaguer, se está cayendo a pedazos, sin que a nadie le importe un comino.
José A. Tejeda, promotor artístico y deportivo, nativo de esa provincia, me llamó para denunciar lo que está pasando en esa instalación, que de acuerdo a sus palabras, “ presenta un panorama deprimente que borra el recuerdo de los momentos de esplendor”.
Hace algún tiempo que no visito ese estadio, el principal de la región sur del país, pero se que desde hace muchos años se notaba el descuido que hoy llega a un punto extremo.
La fachada exterior desteñida, filtraciones en el techo de algunas áreas, deficiencias agudas en el sistema de drenaje del terreno y zonas desordenadas de estacionamiento de vehículos.
El Altar de la Inmortalidad Deportiva de San Cristóbal -que exalta los mejores atletas del pasado- cree necesaria la intervención urgente por parte del gobierno central, para remozar el estadio y ponerlo a servir a la comunidad.
Es una lástima que esa penosa situación que tiene el estadio de San Cristóbal, también se presente en La Vega, donde su principal estadio está en pésimas condiciones.
Tejeda me informa que en las graderías centrales y de “bleachers” no existe un solo asiento y los fanáticos deben sentarse en puro cemento, ya que los asientos de plástico que tení, eran de pésima calidad, lo que produjo su deterioro a la velocidad del rayo.
Los deportistas y la sociedad de San Cristóbal, le hacen un llamado al presidente Luis Abinader, y al ministro de Deportes, Francisco Camacho para que intervengan esta instalación a la mayor brevedad, para evitar que la misma se ponga al servicio de los miles de atletas de esa provincia.