El gran escándalo por corrupción estalló, por fin, en la FIFA. Y tenía que venir de un organismo ajeno a la Federación Internacional de Fútbol, porque su cúpula se ha hecho especialista en apañar a los sospechosos de actos punibles con la ética y el juego limpio, como lo demuestra el uso dado a la investigación hecha por el estadounidense Michael García sobre la asignación de los Mundiales a Rusia 2018 y Qatar 2022. Fue el Departamento de Estado de los Estados Unidos que explotó “la bomba FIFA”.
¿En qué toca este escándalo al fútbol dominicano?, se preguntarán. ¡Depende..! Desde finales de años ‘90s, cuando dirigentes que adversan a los ejecutivos de la Fedofútbol comenzaron a denunciar ilegalidad en los procesos eleccionarios de la Federación y las asociaciones y a reclamar informes claros sobre el uso de los recursos que entrega la FIFA, el entonces presidente de Concacaf Jack Warner (T.Tobago) y el secretario general Chuck Blazer (EEUU), siempre obviaron investigar y nunca dieron respuestas satisfactorias. Hoy están suspendidos y acusados.
En los últimos procesos electorales en la Fedofútbol, los designados por la FIFA para verificar las constantes denuncias, actuaron de manera sospechosa y todo hasta hoy ha seguido de mal en peor, sin respeto a los principios éticos. Fue el caso del actual titular de Concacaf, Jeffrey Webb (Islas Caimán), quien vino al país y hasta tuvo la poca delicadeza de expresarse abiertamente a favor del presidente de la federación, en un momento eleccionario. Eduardo Rocha (Nicaragua), director de Desarrollo del ente regional, ha estado aquí varias veces y actuó del mismo modo: silencio y sacando el cuerpo.
Para más, recuerden que las últimas selecciones de fútbol que vinieron a disputar partidos amistosos con la “merenguera”, fueron las de Costa Rica, antes del Mundial de Brasil 2014, e Islas Caimán, solo hace un par de semanas. Los presidentes de las federaciones de Costa Rica, Eduardo Li, e Islas Caimán, Jeffrey Webb, están atollados en el caso. Nada de eso significa que los ejecutivos de nuestro fútbol tengan responsabilidad en el escándalo que envuelve a tanta gente del fútbol internacional. Lo que sí queremos significar, es que a esos y otros “angelitos” es que la FIFA enviaba a “aclarar” denuncias y conflictos de nuestro fútbol. ¡La iglesia en manos de diablos!