‘El encierro me ha enseñado a vivir en lo incierto e improvisar’

‘El encierro me ha enseñado a vivir en lo incierto e improvisar’

‘El encierro me ha enseñado a vivir en lo incierto e improvisar’

María Castilo asegura que cualquier exposición grupal conlleva un riesgo.

SANTO DOMINGO.-La sensibilidad de un artista siempre está a flor de piel, y cuando pasan cosas como la pandemia del Covid-19, esta podría acelerarse más.

Es por ello que la veterana actriz María Castillo está clara de que hoy en día se está viviendo una realidad inesperada, que la llevan a decir que nada es igual y como directora siempre ha tenido todo bajo control.

Con 46 años en las tablas, el título, bien ganado, de actriz, directora y productora, Castillo ahora mismo lo que pide es ir en auxilio de los trabajadores del teatro, esos que no tienen trabajo fijo, y cuidar que no se cierren salas por falta de subsidios.

¿Cómo vive el teatro este encierro por la pandemia?

El teatro vive este encierro por la pandemia, en medio de la incertidumbre que nos provoca lo inesperado y el dolor que nos causa lo terrible.

A punto de iniciarse la temporada 2020, muchos productores ya habían invertido dinero en sus producciones, y al igual que sus actores y personal técnico, tiempo y trabajo

La mayoría de la gente de teatro no tiene un salario fijo, es decir, vive del día a día, de los proyectos que pueden concretarse, que tratándose de un año de varias jornadas electorales no podían ser muchos, ni muy ambiciosos. Sin embargo, los teatristas se arriesgan siempre, y a pesar de las adversidades sacan adelante una cartelera que mantenga el interés del público.

¿Qué necesitan ahora mismo los trabajadores del teatro?

Auxilio del Estado, de la empresa privada y hasta de los espectadores que estén en condiciones de hacerlo. Hay que socorrer a los más necesitados y no dejar que las salas que no tienen subsidio, corran el riesgo de ser cerradas.

El Ministerio de Cultura debería de insertar a los que no tienen empleo fijo dentro de los programas creados en la actual coyuntura de emergencia.
También reorientar los presupuestos asignados a los proyectos anuales a programas que favorezcan la desescalada siguiente al confinamiento, en el orden cultural, beneficiando a instituciones y artistas.
¿Cuándo se estima se podría regresar a presentar una obra?

Dándole seguimiento a las medidas adoptadas en países como España, creo que la actividad cultural en espacios cerrados sería cosa de septiembre, siendo lo más optimista posible dentro de las circunstancias actuales.

Hoy mismo leía, que algunos estados de Estados Unidos que decidieron abrir la economía, han experimentado un alza en la curva de contaminados. Esta vuelta a ‘la nueva vida’ nos agarra improvisando en muchos sentidos.

¿Qué cosas les ha enseñado este encierro?

Este encierro me ha enseñado a vivir en lo incierto, sin certezas, a improvisar, cuando mi oficio de directora, es lo contrario, tener todo bajo control, organizar el caos. A darle a cada día su afán. Despierto y si no tengo ganas no hago absolutamente nada. No es que antes no lo hiciera, sino que ahora, no ser productiva, ‘il dolce far niente’, no me genera culpa.

¿Piensa usted que hay que rediseñar una forma para volver al teatro?
Sin un esfuerzo conjunto, con las medidas de seguridad requeridas para preservar la salud del público y artistas, sería imposible.

Los actores se tocan, respiran el mismo aire en un perímetro reducido, los ensayos implican una actividad psicofísica de sudor y contacto.

Aunque bajemos el número de asistentes a las salas para mantener el distanciamiento social y se continúen usando las mascarillas reglamentarias, habría que aumentar el personal para garantizar que las normas se cumplan.