Después de días de sintonía entre Emmanuel Macron y Donald Trump, llegó el discurso del presidente francés ante el Congreso de Estados Unidos. Y sus diferencias parecen claras.
Pese a la cercanía personal con Trump que ha mostrado en su visita de Estado a Washington, Macron cargó duramente contra el nacionalismo y el aislacionismo, y sus palabras fueron ampliamente interpretadas como un distanciamiento de la agenda política de su homólogo.
Según el líder francés, el aislacionismo y el nacionalismo «pueden ser tentadores como un remedio temporal a los miedos».
«Pero cerrar la puerta al mundo no detendrá la evolución del mundo. No hará otra cosa que exacerbar los miedos de la ciudadanía».
En su intervención, Macron también hizo alusión a las diferencias en el comercio internacional, Irán o el medio ambiente.
En opinión del presidente francés, Estados Unidos ha inventado el multilateralismo y ahora necesita reinventarlo para crear un nuevo orden mundial del siglo XXI.
La ONU y la alianza militar de la OTAN puede que no sean capaces de cumplir con su mandato y garantizar la estabilidad si Occidente ignora los nuevos peligros en el mundo, dijo el líder francés.
Bonhomía y golpes
Análisis de Jon Sopel, editor de la BBC en Norteamérica
Macron acaba de dar al resto de líderes mundiales una masterclass de cómo tratar a Donald Trump: te abrazas a él, le halagas cuando haga falta… y utilizas todos estos recursos para dar un gran golpe.
En un discurso astutamente elaborado, el presidente francés comenzó hablando del entente entre él mismo y el presidente Trump, algo que muchos consideraron un gesto demasiado cordial.
Pero entonces comenzaron los golpes, y fueron duros, dirigidos directamente a la agenda política de Donald Trump. Sobre el libre comercio, la importancia de la ciencia, la igualdad y las políticas del «Estados Unidos primero».
Entonces, de manera muy audaz, Macron tomó prestado el eslogan de Trump para hablar sobre el medio ambiente y la importancia del acuerdo contra el cambio climático del que Estados Unidos no es partícipe. Dijo que es hora de hacer a la Tierra grande de nuevo.
El discurso fue interrumpido por aplausos y vítores. Fue un momento importante para el Congreso estadounidense.
Emmanuel Macron se ha convertido en un líder mundial que ofrece una visión del mundo contrapuesta a la del presidente estadounidense, mientras mantiene la bonhomía con él. Es toda una hazaña política.
En comercio, Macron consideró que «una guerra comercial no es la respuesta apropiada», ya que «destruiría empleo y provocaría un incremento de los precios», en un momento de tensiones comerciales entre EE.UU. y el bloque europeo.
«Debemos negociar a través de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Nosotros escribimos esas reglas, deberíamos seguirlas», instó.
En cuanto al acuerdo nuclear con Irán, que Trump considera un pacto «terrible», Macron dijo que su país no abandonará ese acuerdo, pactado por varias potencias cuando el presidente Barack Obama estaba en el poder.
«Este acuerdo puede que no atienda todas las preocupaciones, y algunas importantes. Es cierto. Pero no deberíamos abandonarlo sin tener algo más sustancial en su lugar».
No obstante, el presidente francés añadió: «Irán no debería poseer armas nucleares nunca. No ahora. No en cinco años. No en diez años. Nunca».
En cuestiones medioambientales, Macron afirmó: «Contaminando los océanos, y no mitigando las emisiones de CO2 y destruyendo la biodiversidad, estamos matando al planeta».
Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, uno de los logros de la era Obama, al considerar que ese pacto era un «mal acuerdo» para la primera potencia mundial.
El acuerdo, firmado por casi 200 países, busca reducir las emisiones contaminantes.
«Estoy seguro de que algún día Estados Unidos volverá al Acuerdo de París«, pronosticó Macron, desatando una gran ovación en la bancada de la oposición demócrata.
«Afrontémoslo: no hay un planeta B«.
Pese a manifestar su clara oposición a las principales políticas de Trump, Macron también destacó los numerosos vínculos políticos y culturales entre ambos países.
En su intervención, citó a la escritora y feminista Simone de Beauvoir, a los presidentes Roosevelt y Abraham Lincoln, al autor Ernest Hemingway, o al fundador del romanticismo François-René Chateaubriand.
Uno de los mayores aplausos se pudo escuchar cuando citó a Franklin D. Roosevelt: «La única cosa que tenemos que temer es al miedo en sí mismo».