El impacto organizativo y competitivo de la pasada XV Copa Panamericana de Voleibol realizada en el país ha provocado interrogantes sobre una potencial liga de la malla alta.
La gente se remonta al torneo superior distrital que tantas pasiones generaba a través de clubes como Bameso, Mirador, Arroyo Hondo, Naco, Los Prados, Cachorros, entre otros.
¿Tienen esos clubes jugadores -hembras y varones- preparados para participar en un evento que despierte el interés de la afición con ribetes de espectáculo capaz de generar recursos?
Habría que hacer un sorteo con los proyectos de selecciones -masculino y femenino- de la Federación, aunque, irónicamente, un potencial evento en el país no contaría con los principales jugadores, que ganan gran dinero en otras latitudes.
El básket del Distrito retornó, pero su futuro no es muy cierto cuando se vaya José Monegro, siendo un deporte de gran arraigo.
En la LNB (Liga Nacional de Baloncesto) ni la rivalidad Licey (Titanes) y Escogido (Leones) pudo llevantar la plaza capitalina.
Y en el béisbol la gente acude al estadio a juegos muy específicos, pero es un evento con su estructura económica establecida. ¡La pelota es la pelota!
Es un tema largo, de muchas variables (patrocinio, transmisiones, jugadores, etc) y soy testigo que hace años que se le está buscando la vuelta, pero las piezas no acaban de encajar en el rompe cabezas del actual esquema.