Es notable -y preocupante- la merma de aficionados que arrastran los eventos de los deportes profesionales en la capital.
¿Por qué dejaron de ser un buen negocio los espectáculos deportivos del patio? es una pregunta que todos nos hacemos.
En el béisbol profesional, ni los juegos Águilas-Licey llenaron en la pasada campaña.
Y menos los sotaneros capitalinos.
El béisbol doble A se está realizando (aunque no lo crea), pero hace rato que esos choques UASD-Haina dejaron de atraer.
El voleibol se convirtió en carga económica, aunque supe que hay un intento por rescatar el evento este año, vía una Liga.
El básket distrital está en receso por segundo año, mientras muchos añoran las casas llenas de Naco-San Lázaro y los encontronazos San Carlos-Mauricio Báez.
La LDF (Liga Dominicana de Fútbol) inició bien, sufrió una baja, pero hay que esperar que transcurra el período de “fiebre”.
La LNB (Liga Nacional de Baloncesto) no acaba de arrancar, no obstante los esfuerzos. Y ahora peor con tres equipos.
Falta de seguridad, estrecha economía, otras diversiones, colmadones, pobre calidad, transporte ineficaz, entre otros factores son barajados. Y me autocuestiono, ¿si yo no fuera periodista, asistiera a los eventos? ¡A buscar soluciones!