El decepcionado

El decepcionado

El decepcionado

Hugo Lopez Morrobel

La decepción es la causa más frecuente para que se produzca una baja en las posibilidades que tiene alguien de avanzar.

Se define como un sentimiento de insatisfacción que surge cuando no se cumplen las expectativas sobre un deseo o una persona.

La misma puede ser transitoria, si se puede salir de ese estado anímico en un breve lapso, pero cuando es persistente, quedan huellas y heridas difíciles y permanentes.

Uno de los elementos que más inciden en la decepción o el desencanto, es cuando se ingresa a un proyecto de cualquier tipo con amplias proyecciones de alcanzar el éxito, pero que se traduce en un fracaso con resultados catastróficos.

Es ahí cuando se pierde hasta la confianza en sí mismo, y comienza un proceso sicológico traumático sobre el sentido de culpabilidad por no haber cumplido los objetivos.

Esa situación es más dolorosa cuando el proyecto original que se estaba yendo a pique, y donde usted era figura clave, tras su salida comienza a dar excelentes resultados.

Es un ataque casi mortal al ego de cualquiera, en especial de aquellos que se consideran estrellas o imprescindibles en una actividad cualquiera.

Por ese trance pasa el pelotero dominicano José Reyes, de Toronto, equipo que estaba bastante lejos en la lucha por el banderín de la división Este, pero por coincidencia o no, tras su salida, el conjunto ha tenido una actuación extraordinaria.

Casos como esos, definitivamente, tienen que producir decepción, en especial cuando su nuevo equipo, los Rockies, no avanza ni jalado por una yunta de bueyes.



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