La pandemia del coronavirus el Covid-19, ha impactado el mundo de manera negativa, provocando la mayor crisis sanitaria y económica que registre la humanidad. Para el Cambio Climático fue muy positivo, dado las reducciones de las emisiones del Dióxido de Carbono (CO2). No obstante, el agravante de que esta diminución del CO2, produce mayor probabilidad de más huracanes y con mayor intensidad.
Esto debe orientar a las autoridades a diseñar un plan país, con políticas públicas de planificación y prevención con mantenimiento rutinario de las infraestructuras, limpieza de canales de riego, cañadas, cunetas, contenes, extracción de sedimentos en los embalses de presas, acondicionamientos de imbornales, redes de transmisión eléctricas, real reforestación, manejo de cuencas, canalización y adecuación de ríos, mayor control de la deforestación indiscriminada, un eficiente almacenamiento en gran escala, disposición y uso del agua potable, recogidas de basuras, así como establecer un ordenado Ordenamiento Territorial.
Los efectos de la temporada ciclónica, iniciada el 1 de junio hasta el próximo 30 de noviembre 2022, de acuerdo a lo informado por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, será muy activa y la quinta de forma continua.
El gobierno, no debe continuar la mala práctica de reunir a las entidades que, conforman el Centro de Operaciones de Emergencia (COE), como siempre, en el palacio nacional y de manera urgente, cuando la Dirección General de Meteorología, anuncia una vaguada, huracán o tormentas tocará suelo dominicano.
Esos fenómenos naturales que deben beneficiar a la población, por no tomar las medidas antes de pasar el evento, luego de su paso por el país de convierten en desastres naturales con pérdidas de vidas, grandes inundaciones por los desbordamientos de ríos, arroyos y cañadas, arrastres de trocos de árboles que afectan en gran medida los aproches de los puentes y los desechos sólidos colapsan los filtrantes e imbornales que inundan las carreteras, avenidas, caminos vecinales y las calles, originando caos en el transporte, lo que finalmente ocasionan perdidas millonaria de los recursos del estado.
El artículo de la Naciones Unidas, titulados Acción por el Clima. El Acuerdo de Paris, de fecha 1 de abril 2022, señala que el cambio climático constituye una emergencia mundial que va más allá de las fronteras nacionales. Se trata de un problema que exige soluciones coordinadas en todos los niveles y cooperación internacional para ayudar a los países a avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono.
Los líderes mundiales en su reunión en Paris en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21), Para abordar el cambio climático y sus impactos negativos, obtuvieron un avance más el alcanzado el 12 de diciembre de 2015 con el histórico Acuerdo de París, entre estos “Reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura global en este siglo a 2 °C y esforzarse para limitar este aumento a incluso más de tan solo el 1,5° ”.
El acuerdo de Paris, firmado por 195 países y la Unión Europea donde fijaron una vía clara para afrontar el desafío climático futuro. Aclarando que, fue firmado por dos países mayores emisores de C02, China y los Estados Unidos, bajo el mandato del expresidente Barack Obama y C Se destaca la negación de China para firmar este histórico acuerdo de Paris. Las dos naciones que no firmaron fueron Siria y Nicaragua.
Luego el 1 de junio 2017, el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció el retiro de su país, del Acuerdo de París, bajo el alegato de cumplir su solemne deber de proteger a EE.UU. y sus ciudadanos.
El actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en su primer día de su mandato presidencial, el 20 de enero del 2021, cumplió su compromiso de campana y firmó el documento para la restitución de su país al Acuerdo de París, con lo cual dejo atrás la posición del expresidente Donald Trump de salir del Acuerdo de Paris.
El libro de Reglas de Paris, finalmente fue firmado en la COP26 de Glasgow, Escocia, noviembre 2021.
Es importante recordar El protocolo de Kyoto del 2002 sobre el cambio climático, tenía el interés de que los países industrializados redujeran sus emisiones de CO2, un 8% por debajo del volumen de 1990, las cuales ascendieron al principio del siglo a más de 23 mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al año, alcanzó una cifra récord de 26,700 millones, para el año 2019.
La pandemia del Coronavirus, el Covid-19, debido al cierre cuasi total de los países, donde el transporte marítimo y aéreo se redujo de forma drástica para evitar el contagio de la terrible enfermedad, provocando la disminución de esta cifra en unos 2,000 millones de toneladas métricas.
El estudio de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), publicado en Florida en fecha 12 de mayo 2022, titulado “el aire más limpio permite la formación de más huracanes en el Atlántico”. Donde informaron que, el científico de la NOAA especializado en huracanes Hiroyuki Murakami determino que, a medida que la contaminación por aerosoles se mantenga en niveles bajos en el Atlántico y aumenten las emisiones de gases de efecto invernadero, el impacto del cambio climático en las tormentas aumentará en el futuro.