Como siempre, todas las crisis tienen rostro de mujer. Los meses de confinamiento y estado de emergencia, evidencian los impactos del Covid-19 en las vidas de las mujeres: ellas son las que están en primera línea enfrentando la pandemia y son las más afectadas de la violencia intrafamiliar, el desempleo y la carga de cuidado doméstico.
1. Mujeres en primera línea del Covid-19:
Según Naciones Unidas, las mujeres representan el 70% de las personas que trabajan en servicios de salud y atención al Covid-19. Por lo tanto, están más expuestas a riesgos, estrés postraumático y a la discriminación. Prevenir estas situaciones debe ser una prioridad de los gobiernos.
2. Violencia intrafamiliar:
El encierro en casa supone una mayor vulnerabilidad para las mujeres frente a la violencia al quedar atrapadas con parejas abusivas. Según Naciones Unidas, durante la pandemia, las llamadas de apoyo en situaciones de violencia han aumentado en un 700%.
Mantener funcionando los mecanismos de control policial y judicial efectivos, las líneas de ayuda y las casas de abrigo es urgente si queremos librar a las mujeres de los abominables feminicidios.
3. Desempleo femenino:
Según OIT, el Covid-19 incide en los indicadores laborales destruyendo 195 millones de empleos. Sin coronavirus, ya el desempleo femenino era un lastre en la economía dominicana.
Por eso, es impostergable, como plantea Alicia Bárcenas, proteger los ingresos de las mujeres con protección social, atención a la sobre representación de ellas en los trabajos precarios y promover la igualdad de género en las empresas.
4. Cuidado doméstico
El Covid-19 también impacta en las mujeres incrementando la carga de cuidados debido al cierre de las escuelas, la saturación de los sistemas de salud y las necesidades de los envejecientes.
En esta crisis, siguen aflorando los roles tradicionales de género que profundizan la desigualdad, por lo que urge el reconocimiento del trabajo de cuidado y la educación en la responsabilidad compartida entre hombres y mujeres en esta función familiar y social.
Como plantea António Guterres, debemos combatir el virus por el bien de la humanidad, centrándonos en las personas, especialmente en las más vulnerables.