El corral soberano

El corral soberano

El corral soberano

David Alvarez

El pensamiento político en la República Dominicana ha degenerado a niveles salvajes, si nos atenemos a las declaraciones de políticos y funcionarios. No tienen capacidad reflexiva o los intereses obscenos que los motivan los llevan a jugar el papel de payasos.

La sentencia del Tribunal Constitucional sobre la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que debería dar vergüenza, o a lo sumo llamado a la reflexión, ha generado una fiesta de declaraciones absurdas, alegando que la soberanía es sagrada, innegociable y otras sandeces. Pero igual lógica no la aplican al TLC.

Trujillo inculcó en los padres y las mentes juveniles de muchos de los que así opinan que este país era un corral y que nadie de fuera tenía derecho a meterse en los asuntos de esta finca del dictador.

Tierra, animales y seres humanos estaban dentro del corral de Trujillo y eso era la soberanía para él. Semejante disparate vuelve a ser utilizado como argumento político y proclamado como “teoría de la soberanía”.

Pues no es así.

La dignidad de los seres humanos, los derechos humanos, están por encima de la soberanía de cada Estado. Desde el sermón de Antón de Montesinos, pasando por Francisco de Vitoria, la Revolución Francesa, la antropología cristiana, hasta la misma fundación de las Naciones Unidas, todo ser humano es más sagrado, valioso e inviolable, que todos los Estados soberanos juntos.

Lo decente como sociedad democrática moderna sería formalizar nuestra adhesión al tribunal de la CIDH, pero la destrujillización sigue siendo una tarea pendiente.



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