La forma de hacer política del país cambió, y por ende la aplicación de esta en las estructuras del Estado, pero algunos de nuestros políticos aún no se dan cuenta de este hecho que marca el seguimiento que dan los ciudadanos a los funcionarios públicos y la ejecución de sus actitudes y actividades al frente de las instituciones estatales.
La superintendente de Seguros, Josefa Castillo, ha dicho que aumentó la nómina de la institución de RD$22 a RD$26 millones, ‘’porque tiene que nombrar su gente’’ .El reparto sigue siendo la norma, cuando las circunstancias apuntan a todo lo contrario.
El Estado como botín, y con una actitud bastante cuestionable e imprudente políticamente, duplicar y cancelar en una institución pública para provecho propio, actuando con una política que no ha superado la etapa donde se ve el Estado como una finca de su pertenencia.
Ese modelo político caducó, los ciudadanos debemos pedir cuentas en el manejo de nuestros recursos que se realizan de forma antojadiza en las instituciones.
Para ser un servidor público hay que contar con un perfil donde los propósitos fundamentales no sean los particulares, sino colectivos, y esta manera de la señora Castillo es parte del oscurantismo político, bajo la cultura de un modelo sin principios ni valores.
Más que bien, esto es un mal con las características de nuestros viejos caudillos orientados por sus propios proyectos carentes de todo tipo de valores y armados de artimañas.
Las acciones de contracambio de funcionarios como la señora Castillo, debe merecer todo el repudio de la sociedad dominicana, mientras el gobierno toma préstamos para seguir paliando la crisis y la situación de salud, la superintendente despilfarra nuestros recursos.