Hace unos días en un encuentro que varios cronistas deportivos sostuvieron con el aspirante presidencial Luis Abinader, se planteó la necesidad de mejorar las condiciones en todos sus aspectos del deporte nacional.
Eso se planteó en el entendido de que todavía falta mucho por hacer, en un área que Abinader calificó de fundamental para el desarrollo de los pueblos.
No tengo porqué dudar en lo más mínimos de sus palabras y de sus promesas, en caso de que alcance la Presidencia de la República en los próximos comicios de 2020.
Pero hay que decir que ese, al parecer, es un objetivo que se hace muy difícil de materializar, teniendo en cuenta que el deporte tiene muy poco espacio entre las prioridades de los diferentes gobiernos.
Y no es que no se edifiquen instalaciones, que luego se abandonan a la suerte de Dios, sino que se aplique una política integral en donde el atleta sea el ente fundamental en el desarrollo de esa actividad.
Es interesante que los precandidatos y candidatos a las próximas elecciones se interesen por el deporte, pero lo fundamental es que cumplan con sus promesas y programas de gobierno en la materia.
Porque como “promesas son promesas”, la casi totalidad de las veces se las lleva el viento, sin que nadie las reclame, sin que a nadie le importe un carajo, porque en estos casos, lo importante es ponerse donde el capitán los vea. ¡ Qué pena!
