Luego de la pobre actuación del comisionado de Grandes Ligas, Rob Manfred, durante las pasadas negociaciones con el Sindicato de Peloteros, lo menos que esperaba que la decisión de cambiar las pelotas de juego le provoara una mala pasada.
Cada vez que hablo con un pelotero señala que el poco “rebote” de la pelota es la causante de la gran baja ofensiva que presenta la MLB colectivamente.
En un memorando enviado a todos los equipos antes de empezar la temporada, MLB esbozó un plan para cambiar la pelota en respuesta a las altas tasas de jonrones en las últimas temporadas, un error que le va a salir muy caro.
Quizás Manfred y su equipo de trabajo olvidaron que la batalla de jonrones que protagonizaron Mark McGwire y el dominicano Sammy Sosa salvó al béisbol en el momento en que estaba muy abajo en el gusto popular. Quiérase o no, el jonrón sigue siendo el rey del juego.
En un trabajo publicado ayer en ESPN.com se resalta que los cambios se diseñaron para perder de uno a dos pies de distancia en pelotas bateadas a más de 375 pies, pero si se miran las pelotas bateadas con mayor probabilidad de salir del campo (golpeadas con una velocidad de salida de 100 mph. y de 20 a 35 grados en ángulo de lanzamiento), en comparación con abril pasado, muestra que el impacto va más allá.
Señalan que esa reducción se debe a que por primera vez los 30 equipos están usando humidificadores para almacenar sus pelotas de béisbol, frente a los 10 de la temporada pasada.
Más adentro.- El país está lleno de instituciones que no deberían de existir, ya que son más problemas que soluciones, entre las que sobresale el Instituto Nacional de Educación Física (Inefi). Me enteré que algo anda mal con el director de esa entidad, profesor Esteban Pérez Polanco, quien incluso se ha rebelado contra las personas que lo promovieron para esa posición.