El presidente del Comité Olímpico Internacional está en una tremeda disyuntiva con relación a pronunciarse sobre el inicio de eventos masivos, primero, por temor a la pandemia, y segundo, por el escaso respaldo publicitario y comercial que hay en todo el mundo capitalista.
El alemán Thomas Bach, en declaraciones bastante atrevidas, afirma que la experiencia de las últimas semanas han demostrado que «‘se puede retornar a las competiciones a gran escala de forma segura, incluso sin una vacuna».
Sin embargo, cuidándose por los inconvenientes que pueda acarrear una medida de esa naturaleza, luego dice que hay que tener mucha prudencia ante la programación de competiciones en los próximos meses.
Es una realidad que los deportes han experimentado una baja nunca antes vista, ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial, por la falta de patrocinio de los grandes eventos.
Los Juegos Olímpicos de Tokio, programados originalmente para efectuarse en 2020, es el mejor ejemplo de la catástrofe que ha causado la pandemia en ese sector.
Es tan así, que los organizadores, tras reuniones con el COI, afirman que «no están seguros de que podrán convencer a los patrocinadores de que ratifiquen sus compromisos de miles de millones de dólares durante tanta turbulencia económica y escepticismo”.
«Confíen en nosotros, los Juegos Olímpicos de Tokio serán inaugurados el 23 de julio de 2021», empero, nada garantiza que se obtengan resultados prometedores para materializar los Juegos Olímpicos, principal sosten del COI