Esta semana se abre el teatro del esperado V Clásico Mundial de Béisbol, que correspondía en 2021 y postergado por la irrupción en 2020 de la pandemia por coronavirus que puso contra la pared al planeta.
Para Dominicana, campeón invicto en 2013, la espera pareció eterna, pues muchos pasaron años especulando con la posible estructuración del conjunto, dada la cantidad de talentos de primer orden de que dispone.
En la semana que precede tuvimos ocasión de escuchar sendas entrevistas con Starling Marte y Manny Machado, difundidas por “Grandes en los deportes”, programa radial que edulcoran y sazonan Enrique Rojas y Dionisio Soldevila, más un Kevin Cabral que pone el postre en la mesa.
Cualquiera con un CC de sensibilidad y fervor patrio se erizaba al escuchar a Marte y Machado exponer razones y motivaciones para jugar el Clásico, así como a Juan Soto argumentando lo que será representar al país por primera vez.
Marte llegó al extremo, dijo, “de discutir con el gerente general” de su equipo en Grandes Ligas, Mets de Nueva York, tratando de convencerle de que está en condiciones de jugar el Clásico, pero tuvo que claudicar porque viene de una operación y su organización apeló al protocolo de rigor para evitarlo.
A Machado, que nació en Estados Unidos de padres dominicanos, que no ha vivido en el país, dio gusto escucharle hablar de lo que siente cuando se coloca el uniforme para defender la bandera “de mi país”.
Manny se había ganado el enorme aprecio de los quisqueyanos mucho antes, no solo por haberlos representado en el Clásico de 2017. Más, después de que firmara con San Diego previo a 2019, cuando le preguntaron si pediría permiso a la organización. “Para yo jugar con mi país, no tengo que pedirle permiso a nadie”, respondió, rotundo.
La actitud de Machado denota claramente que sus padres le dieron crianza hogareña con énfasis en infundirles valores y sentimientos de dominicanidad. En los casos de Starling Marte y Juan Soto, simplemente actúan como millones de dominicanos que se sienten comprometidos con el terruño, pero otros, no tanto.
Como insisten Enriquito y Dionisio en “Grandes en los deportes”, es cuestión de educar con valores desde la niñez, infundir los valores patrios. Y agregamos, hay que enseñarles el canto y el significado de las letras de nuestro himno, los simbolismos de nuestra bandera y escudo nacionales.
Formar con la vista en los ideales de los forjadores de la nación y de los mejores hombres de nuestra historia, infundirles el respeto a los demás y a nuestros símbolos, si queremos recobrar lo que hemos perdido o no se ha logrado por fragilidad de nuestras instituciones. Educar bien, para que los dominicanos, incluidos nuestros deportistas de cualquier rango y disciplina, sientan que por el país hay que hacer sacrificios. Claro, todo debe comenzar en la familia.
MLB.- Las Grandes Ligas de Estados Unidos están involucradas en el Clásico Mundial con la intención de expandir el béisbol, para lo cual han incluido en la competición a países sin tradición, cuya formación de sus equipos parecen una afrenta a los que sí la tienen.
Por ejemplo, Israel tiene para formar su roster 33 jugadores nacidos en Estados Unidos; Italia, 28 en EE. UU., de uno en Brasil, San Marino, Venezuela y Dominicana (Robel García); Gran Bretaña, tiene 22 en EE. UU., 1 en Canadá e islas Vírgenes Norteamericanas. Si uno de esos equipos ganare el Clásico, no sería el país que esos jugadores supuestamente representan sino un Estados Unidos parte 2. ¡No tendría ninguna gracia!