El caso Águilas Cibaeñas se ha convertido en un círculo vicioso, igual al del huevo y la gallina, ¿cuál fue primero?
¿Los aguiluchos no ganan por los conflictos en la cúpula o las contradicciones se originan por la falta de triunfos? El conjunto mamey obtuvo su más reciente corona en 2007-08, o sea que tiene siete años sin ver a linda.
Es mucho para un equipo que venía de ganar 10 de 16 campeonatos y seis de las últimas contiendas beisboleras. Se fue Félix Fermín, volvió y se fue otra vez.
La emblemática figura de Winston Llenas también “saltó” de la presidencia y la gerencia a la vez.
Tony Peña y Miguel Diloné, luchando en pareja, no pudieron. Otro símbolo aguilucho, Stanley Javier, tampoco pudo ganar como gerente.
Andy Barkett, sorpresivamente, fue despedido y rescatado. Miguel Tejada, quien nunca había dirigido un inning, no produjo el golpe de efecto deseado y provocó la “huida” de Luis Polonia. La posible designación de Junior Noboa colmó la copa.
Mientras Quilvio Hernández decía que no, Juanchy Sánchez decía sí. Como se ve hay una clara confrontación cuando Quilvio promueve una plancha como accionista, no como presidente, y dice ¡no más! ¿A negociar?