El cieno político

El cieno político

El cieno político

David Alvarez

La sociedad dominicana, en los medios de comunicación y redes sociales, vive uno de sus momentos más miserables desde la pocilga trujillista.

El discurso nacionalista reaccionario ha envenenado de odio y estulticia casi todos los ámbitos discursivos, desde el religioso hasta el académico, desde el sentido común hasta el político.

Toda expresión de humanismo es censurada como violación a una supuesta soberanía de pacotilla, cualquier análisis sobre geopolítica es llevado al cretinismo de compararnos con sociedades desarrolladas o buscar los ejemplos más sórdidos de políticas discriminatorias.

Un ejemplo penoso es la reacción de muchos sectores, sin fundamento intelectual, de la adjudicación del Premio Pedro Henríquez Ureña al destacado escritor Mario Vargas Llosa. Premio correctamente adjudicado y bien merecido por el galardonado.

Estas reacciones evocan los libelos contra Juan Bosch por la dictadura trujillista, o los juicios perversos contra notables escritores por parte de las dictaduras de derecha e izquierda en el siglo pasado, o incluso el vergonzoso rechazo por parte de universitarios dominicanos contra el gran Pablo Neruda.

Esa derecha reaccionaria -no toda derecha es tan vil- envenena el discurso público y transforma en un lodazal los debates políticos, unas veces como agresión, en otras provocando llamados infames a la “inoportunidad” de reconocimientos legítimos. Necesitamos reforzar la razón y lucidez del pensamiento social y político. Aislar a los pregoneros del miedo y los sentimientos atávicos. Separar el trigo de la cizaña.

Postular la verdad y la justicia como criterios objetivos de evaluación de la ciencia, el arte, la política y las creencias.



TEMAS