MÉXICO. – El capo mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán se está volviendo loco, calvo y fármaco dependiente por la «tormenta psicológica» que las autoridades de México le hacen vivir en la cárcel en que se encuentra recluido, dijo este jueves uno de sus abogados.
Tras meses de no verlo, José Refugio Rodríguez, abogado del líder del cártel de Sinaloa, compareció recientemente en la cárcel de Ciudad Juárez (norte) para visitar a su cliente, el narcotraficante más buscado del mundo antes de su captura.
«Algo que es inminente es que Joaquín se está quedando sin pelo en la parte superior de la cabeza. La calvicie es evidente», dijo el abogado a Radio Fórmula. Según Refugio Rodríguez, el capo de 59 años le expresó su desazón.
«Estoy loco (…) con el trato que estoy recibiendo, me siento muy mal. Ya un doctor pasó y me dijo que lo que tengo es angustia», habría dicho el capo a Refugio Rodríguez.
Sin embargo, Eduardo Guerrero, titular de Prevención y Readaptación Social del Sistema Penitenciario Federal, aseguró a la misma radiodifusora que Guzmán está sujeto a un protocolo avalado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
«No está en un spa, no está de día de campo. Está en una cárcel federal (…). Si se le está cayendo el pelo es propio de su edad», dijo el funcionario, al precisar que el narcotraficante duerme siete horas seguidas.
En marzo, el capo pidió a su defensa agilizar su extradición a Estados Unidos por encontrarse «desesperado» por no poder dormir. Sin embargo, poco después sus abogados presentaron recursos para evitar el traslado a territorio estadounidense.
Este jueves, Refugio aseguró que su cliente vive «una tormenta psicológica» y que «preferiría que la tortura fuera a golpes». Además, el capo pide que se analicen los medicamentos que se le administran en la cárcel, pues «ya se siente fármaco dependiente», señaló Refugio Rodríguez.
Pero Guerrero replicó que su salud es tan óptima que ya no necesita su medicamento para controlar la presión arterial. «El Chapo» dejó en evidencia al gobierno en julio del año pasado al escaparse por segunda vez de un penal de máxima seguridad.
En esa ocasión, a través de un kilométrico túnel cavado bajo la ducha de su celda en El Altiplano, una cárcel a las afueras de Ciudad de México donde fue recluido nuevamente tras su recaptura el 8 de enero.
En mayo pasado, fue transferido inesperadamente a la cárcel de Ciudad Juárez. La semana pasada, el gobierno mexicano hizo pública una foto del narcotraficante en esa cárcel ante una fuerte ola de rumores en redes sociales de que se había fugado por tercera vez.