El giro de 180 grados que ha dado el caso que conoce la justicia sobre las acusaciones de trata de personas, asociación de malhechores y violación sexual, que pesan sobre el pelotero Wander Franco, es un aviso muy contundente de que su exitosa carrera en las Grandes Ligas, tiene altas probabilidades de quedar extinguida de por vida.
Esa es una altísima probabilidad, debido a que nadie pensó por un momento, conociendo las influencias y presiones que históricamente se ejercen en este tipo de casos, donde están involucradas figuras que trascienden dentro y fuera del país.
La situación de Wander tomó ese giro peligros, luego de que la fiscalía de Puerto Plata, después de meses presentó una acusación formal.
Los defensores de Franco tendrán que hilar bastante fino, porque a nivel de opinión pública, desde que se comenzaron a conocer los hechos, este joven ha sido condenado, y no se puede obviar, que esa percepción influye un mundo en cualquier sociedad, incluso en los jueces.
En algún momento, creo que hasta el propio acusado, pensó que podría salir por la puerta grande, pero según ha ido evolucionado el caso, parece ser que cada vez más la “piña” se le está poniendo más agria.
Todavía falta un largo camino para determinar si es inocente o culpable de esas acusaciones, pero mientras el hacha va y viene, este pelotero está pasando por una situación que nadie quiere experimentar.
El de Wander Franco es un ejemplo más, de que hay que actuar con mucho comedimiento en sociedades como la nuestra, en la que cuando se llega a la cima, en especial en lo económico, son innúmeras las personas que de diversas maneras, buscan la forma de sacarles el máximo provecho.
Y es uno de los casos más comunes.