Ayer profundicé un poco más sobre el caso de la gran atleta Marileidy Paulino y los descubrimientos que hice son muy preocupantes.
Una persona con conocimiento de causa me dijo que no me dejara llevar por las cosas superficiales que se ven en los alrededores de Paulino, porque todo es más profundo.
En la conversación me enfatizó que si es verdad que alguien puede creer que el ministro de Deportes, Francisco Camacho, y los que manejan la parte del turismo en el Gobierno no reconocen lo que representa para el país, cada vez que Marileidy compite con la bandera dominicana en su pecho en los mejores escenarios del atletismo mundial.
Por esa razón, dizque no enviarla con su equipo de trabajo a una cita mundialista es una excusa barata, aunque sea un evento privado, en el que ella obtiene beneficios económicos, porque el más ganador es el país, que se beneficia del costo económico de la publicidad de ese evento que es incalculable, el cual se eleva cada vez que Paulino cruza la meta en primer lugar. Si quieren saber consulten a los que comercializan el marketing deportivo y sabrán. ¡Verdad que no son tontos!
De acuerdo al relato que me hicieron, la realidad que supuestamente se esconde es que a Marileidy la han querido utilizar como un instrumento político del Gobierno y no lo han logrado, porque ella, principalmente por su formación religiosa, se ha opuesto a ser parte de esos propósitos.
En vista de eso lo que han hecho es darle la espalda, incluso considerándola como una representante de la oposición, debido a que los que dirigen la Federación Dominicana de Atletismo son miembros de la Fuerza del Pueblo.
Es un abuso, pero en este paraíso terrenal en que vivimos todo es posible, así que no debemos sorprendernos de esta amarga realidad.