“Los danilólogos”

“Los danilólogos”

“Los danilólogos”

Cuando me inicié en el periodismo, con solo 18 años y muchas inquietudes, tuve la suerte de beber sabiduría de manera directa de dos fuentes inagotables como lo eran Rafael Herrera y Francisco Comarazamy.

Ambos conocían la sociedad dominicana mejor que las palmas de sus manos, pero no hacían gala de ello. Eran dos inconfesos sociólogos que conocían al “tuerto durmiendo y al cojo sentado”.

Estaba sentado en la oficina de don Frank (como le llamábamos a Francisco Comarazamy) recibiendo las cotidianas instrucciones para abordar las encomiendas que en la mañana me había hecho, cuando en eso asomó don Rafael. No era usual que se sentara en esa oficina, pues prefería quedarse de pie. Esa tarde no fue la excepción.

Conversó algunas cosas con don Frank y salió a relucir el tema de Joaquín Balaguer.

Dicen que la ignorancia es atrevida y parece que es cierto, por lo que aproveché para interpelarlos sobre sus opiniones sobre Joaquín Balaguer.

Ambos me miraron y sonrieron. Don Frank fue el primero en responder con una sola expresión: “es un zaramagullón”, y lanzó una carcajada, sin estridencias, como solía hacer él.

Don Rafael fue más cauto y salió con una de las de él: “hay muchos que quisieran que les hicieras esa pregunta, porque este país se ha llenado de balaguerólogos”.

Hizo una pausa, le dio una vuelta a su cigarro y continuó diciendo que esa gente era especialista buscándole las explicaciones e interpretando todas las cosas que hacía Balaguer y convertían en “genialidades políticas” hasta una expresión gutural del caudillo.

Pareciera que vivimos esa misma práxis, pues el país se ha ido llenando de “danilólogos” que le buscan mil interpretaciones y convierten en intrincadas estrategias políticas cualquier acción de Danilo Medina, aunque se trate de cotidianidad.

Si Danilo nombra a una gente, es una muestra de que está en reelección, dicen unos. Otros analizan ese mismo acto como la demostración de lo contrario.

Si en la visita sorpresa sonríe, está en reelección y por eso está contento, pero si deja de hacerlo, es porque está en reelección y eso le preocupa. Y también están los que lo analizan contrario.

Probablemente Danilo Medina, por su carácter y las preocupaciones de manejar el Estado, no tenga mucho tiempo para darse cuenta de todas las interpretaciones que los “danilólogos” hacen de su accionar, pero sea cual sea su intención para 2020 ha logrado quitarles el sueño a sus adversarios y a sus seguidores.

A veces, los especialistas en “analizar a Danilo” dan risa, pero otras veces empalagan.



Noticias Relacionadas