Bloomberg News.-Cientos de aspirantes a inmigrantes se ahogan cuando su barco se hunde en el Mediterráneo frente a las costas de Libia.
Por lo menos dos docenas de cristianos etíopes son ejecutados en el sur y el norte del país. En la zona central, los militantes se apoderan de yacimientos petroleros.
El mensaje no podría ser más claro para los líderes europeos: el creciente caos de Libia está a sus puertas.
“Libia en la práctica es un estado fallido”, declaró el presidente Mariano Rajoy ante el Parlamento el 15 de abril, antes de que una embarcación con por lo menos 700 personas a bordo se hundiera a última hora del sábado.
Sólo 28 personas han sido rescatadas. Un video publicado en un sitio web que informa noticias yihadistas mostró a dos grupos de prisioneros, supuestamente cristianos, que fueron decapitados o ejecutados a tiros en el este y sur de Libia.
El ascenso del Estado Islámico en Libia, bajo el poder de dos gobiernos rivales, provoca escalofríos en los círculos políticos y económicos de toda Europa.
Los militantes capturaron cuatro yacimientos petroleros, aunque luego fueron recuperados por una fuerza gubernamental de protección.
Y controles fronterizos más laxos abren la puerta a un número récord de refugiados que tratan de cruzar el Mediterráneo hacia Europa, que está a sólo 200 millas de distancia.