El campamento

El campamento

El campamento

Nassef Perdomo Cordero, abogado.

Para quien la democracia se reduce al momento electoral, carece de sentido la existencia del campamento por las tres causales que hace más de un mes ocupa la esquina de la México con Delgado.

Su justificación es clara para quien entiende que la democracia es algo vivo, constante. Y es en la constancia donde el campamento ha demostrado su fuerza y su potencia transformadora.

Desde hace un mes la lucha por las causales es noticia, desde hace un mes las mujeres que la encabezan han marcado la agenda, desde hace un mes definen por sí mismas su mensaje, a pesar de los intentos de sus oponentes.

Su permanencia y su perseverancia han resistido la volubilidad de la corriente de noticias en el país. En ese tiempo se ha hablado de todo, pero siempre se ha hablado de las causales.

Esa es una victoria en un ambiente social en el que muchas personas se niegan a reconocer la humanidad de las mujeres y combaten sus argumentos con insultos y descalificaciones.

Esto ha permitido que el debate se centre en el intercambio de razones y motivos con los oponentes a las causales que sí están dispuestos a reconocer en ellas contendientes con los mismos derechos.

Es decir, que del esfuerzo del campamento nos hemos beneficiado todos, incluso los que no comulgan con sus objetivos, pero valoran la democracia.

Esa es la gran lección que nos está dejando el campamento: que la democracia es más que cálculo electoral, que los derechos se defienden, que la constancia tiene premio.

Erraron quienes subestimaron el campamento, erraron quienes creyeron que las mujeres se cansarían. Ha pasado un mes, y cada día muestran más fuerza y concitan más apoyos.

Habrá quien tema los resultados, y por ello trate de impulsar cerrar este conflicto aprobando un Código Penal sobre el cual surgen cada día más observaciones. Complicarían su error porque el campamento por las tres causales no es sólo una muestra de la tenacidad de las mujeres y de su convicción democrática, sino del hecho de que ya han cambiado las reglas del debate sobre sus derechos.

En pocas palabras, ya han hecho historia.



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