Ana Blanco
Todos nos hemos perdido en algún momento de nuestra vida. Todos. Quien asegure que siempre ha tenido claro el camino, no dice la verdad.
Quizá hay quien disimula mayor seguridad y, otros, que verbalizan más todo. Y realmente no pasa nada porque en algún momento no sepamos qué hacer o hacia dónde ir.
Es más, hasta es algo bueno, aunque no lo parezca en ese instante, porque hace que nos detengamos y tratemos de ver todo desde diferentes perspectivas y de esa forma poder decidir cómo seguir hacia delante.
Lo que no es positivo es anclarse, quedarse pegado en ese sitio por miedo, por inseguridad o por no saber qué hacer.
A veces hasta soltar y no hacer nada es una solución, lo que no se puede es darle y darle vueltas a algo porque al final se quedará anclado en la cabeza y se convertirá en un lastre en todos los sentidos.
Perderse es la mejor manera de encontrarse y cuando eso sucede ya no eres la misma persona porque en el proceso has cambiado, evolucionado… Y no pasa nada porque no tengamos todas las respuestas de manera inmediata, ni pasa nada porque simplemente no tengamos las res
. Eso es control y al final es imposible controlar cada faceta de nuestra vida. Hay que saber manejar esa inseguridad o no saber qué hacer en algunos momentos de nuestro camino y definitavemente la mejor forma es admitir, reconocer, entender y soltar.
La gran mayoría de las veces cuando hacemos estos pasos, sin darnos cuenta nos llega la respuesta. No se preocupen si en este instante no saben hacia dónde ir, si están perdidos porque llegará el momento en que el camino de nuevo se haga claro y sabrán que hacer. Y el resultado será positivo, siempre.
