Teodoro Tejada.
La República Dominicana debe darle la importancia que amerita tomar medidas serias y firmes para enfrentar y mitigar los efectos del cambio climático, ya que sus efectos causan del incremento de la temperatura que inducen a largos períodos de sequía y fenómenos atmosféricos extremos, lo que reafirma la necesidad de planificarnos para enfrentarlo.
Es que tenemos que tomar conciencia, debido a que el calentamiento global afectará directamente a todos los países nadie quedará fuera de sus consecuencias, en las alteraciones de los patrones de lluvias, provocando variaciones de sentido en el cauce de los ríos promoviendo a grandes inundaciones y desbordamientos provocando pérdidas de vidas y económicas, lo mismo que, daños a la agricultura, infraestructuras viales e hidráulicas.
Los fenómenos naturales se producen para favorecer y facilitar mejores condiciones de vida a la población proporcionando lluvias torrenciales que debería ser aprovechadas y por falta de una política y estrategia de mantenimiento de las cuencas acuíferas provoca, crecidas de ríos, arroyos y lagunas que, al no existir una política pública de canalización, adecuación y encauzamiento de ríos, éstos fenómenos atmosférico se convierten en desastres naturales, donde éstas crecidas producen aislamientos de pueblos y ciudades, provocando muertes.
Existen planes preventivos de tormentas que permiten actuar con antelación y evitar pérdidas innecesarias aplicando un programa de mantenimiento, previniendo los efectos erosivos mediante la ordenación de las cuencas con un uso más racional del suelo en los aspectos agrícolas y forestales, con uso de cultivos intensivos, encauzamiento de torrentes, permitiendo que la formación de las avenidas se retrase, lo que disminuye los caudales máximos y la pérdida de sólidos.
Los incendios forestales ocurridos recientemente en esta sequian estacionaria que padecemos, este año 2023, debe llamar la atención del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y diseñar un plan estratégico del manejo de las cenizas producidas y no olvidar que las cenizas de los fuegos que, arrasaron gran parte de la Cordillera Central en el año 2005, no se intervino de manera correcta, y el gran cúmulo de estos escombros provocado por esos incendios, no fueron recogidas, por lo que se convirtieron en un colchón al ser arrastradas por las aguas, lo que conllevo al aumento de la acumulación de sedimentos en los ríos.
Como medidas preventivas, debemos realizar un estratégico plan de reforestación en nuestras cuencas de los ríos, así como aplicar acciones rápidas de extracción de sedimentos en los mismos, los cuales alcanza un nivel de sedimentación de un 40 o 50 % y en muchos casos hasta de un 80%, provocando que, los riesgos de inundaciones son mayores, anegando todas las plantaciones agrícolas, lo que agudiza aún más la crisis alimentaría en el país.
En los ríos se producen pequeños cambios en la dirección del cauce, los cuales ocasionan grades daños, específicamente a las infraestructuras viales, con el paso de los fenómenos naturales y al no haber sido eliminados, sus daños son cada vez más devastadores.
