Muchas cosas me han hecho feliz en los últimos tiempos y una de ellas la quiero compartir públicamente: la decisión del gobierno que encabeza el presidente Luis Abinader de insertar la enseñanza de la lengua inglesa como segundo idioma, en un programa de formación con calidad para los estudiantes del sector público.
Desde hace mucho tiempo, sectores de la vida nacional, ocupados y preocupados por un mayor desarrollo social, económico y educativo de nuestra sociedad plantean la necesidad de contemplar la enseñanza de ese idioma con verdadera responsabilidad. Fíjense que hablo en presente.
“English for a Better Life” (Inglés para una mejor vida) ha sido anunciado, en un acto encabezado por el presidente Abinader, en el Palacio Presidencial, y no nos queda más que celebrar, con bombos y platillos, esa decisión gubernamental, cuya aplicación recae sobre el Ministerio de Educación de la República Dominicana (MINERD).
Sin dudas, es hora de que la nación transite por senderos distintos a los que ha trillado en las últimas seis décadas, en materia de educación y formación, en las cuales los planes de estudios en escuelas y liceos del país han contemplado el inglés y el francés como simples rellenos del programa académico.
Ahora, es necesario abocarse a la creación del marco legal que, aunque no es lo decisivo para la implementación de políticas públicas, cuando hay buena voluntad, ayuda mucho a que las cosas fluyan con más propiedad y autoridad a favor de las mayorías, por aquello de que “mientras más claridad, más amistad”.
La Asociación de docentes de Inglés de la República Dominicana (DR-TESOL), que encabeza el profesor Juan Valdez, resalta la necesidad de que sea aprobado el proyecto de ley que busca establecer la lengua materna de William Shakespeare, como la segunda de los nacidos y criados en este terruño de hispanoparlantes.
El proyecto, presentado por la diputada de Ultramar por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) Servia Iris Familia, procura garantizar a los estudiantes de las escuelas públicas el aprendizaje del inglés desde la niñez, como debe ser, porque es en esa etapa en el que es más productivo el proceso de captación de otros idiomas.
Supongo que nadie que desee la mejoría de vida de los dominicanos y la superación social de nuestros jóvenes, así como adecuados niveles de calidad y formación educativa, que mucha falta nos hace, estaría opuesto a estos propósitos.
Como tampoco pudieran objetar el inteligentísimo y prometedor acuerdo entre el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) y el Centro Cultural Domínico Americano, para la formación en el idioma inglés de técnicos para el servicio de los “Call Centers”.
O, al convenio entre esa entidad tripartita y la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) para la capacitación en profesiones tecnológicas e innovadoras para satisfacer la demanda vertiginosa de un exigente y cada vez más globalizado mercado laboral, en el marco de la Cuarta Revolución Industrial o la Industria 4.0
Son estos, pasos agigantados sobre los cuales los optimistas proclamamos, a voz en cuello, como lo hizo el rector de la PUCMM, reverendo padre Secilio Espinal: «Apostemos y trabajemos por la educación, que derriba las fronteras de la desigualdad y la pobreza y preparemos jóvenes, hombres y mujeres, artífices del desarrollo y del bienestar de nuestra nación».
¡El futuro es hoy! El planeta es un globo. ¡Giremos con él! Do you understand?