Hugo López Morrobel
Uno de los problemas que arrastra el béisbol desde hace tiempo, es que contrario a otras disciplinas que experimentan un crecimiento exponencial en el número de aficionados, la pelota se mantiene a la baja o estancada.
Consciente de esa realidad, Grandes Ligas ha venido ejecutando cambios de todo tipo, con el objetivo básico de acelerar el juego, porque está comprobado hasta la saciedad, que los partidos de pelota son extensos y demasiado tediosos.
Recuerdo que en una ocasión visité junto a un grupo de periodistas de varios países, el estadio de los Bravos de Atlanta, y la totalidad se retiró en la tercera entrada, al calificar ese deporte como demasiado “aburrido”, con poca acción.
Es probable que influyera el desconocimiento sobre el béisbol, pero la realidad es que existe una diferencia abismal con el básket, ciclismo, natación, fútbol, tenis, boxeo y voleibol, por solo citar algunos, donde la actividad es continua.
Esa “monotonía” que exhibe el béisbol influye para que hoy la edad promedio de sus seguidores sea de 57 años. Eso no es un invento, es un estudio hecho en 2019 por la propia MLB.
Los estadios donde aquí se juega béisbol profesional datan de entre 1951- 1955, cuando Santo Domingo apenas tenía una población de unos 300 mil habitantes.
Hoy en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo residen más de tres millones, y la asistencia se mantiene estática en vez de incrementar. ¿Están también aquí, la juventud perdiendo interés por el béisbol?
