El béisbol necesita incentivos como “industria sin chimenea”

El béisbol necesita incentivos como “industria sin chimenea”

El béisbol necesita incentivos como “industria sin chimenea”

El béisbol profesional es una de las industrias sin chimeneas que cada año se afianza más en la República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico, Japón y Corea del Sur, entre otros.

Y como cualquier actividad comercial, hay que invertir en forma permanente para obtener resultados positivos, en este caso económico.

Desde hace más de una década el béisbol genera anualmente, a los peloteros dominicanos establecidos en Grandes Ligas, entre 375 y 400 millones de dólares, cifra envidiable, si tomamos en consideración que la exportación de muchos productos agrícolas que tenemos como estandarte, en su conjunto, no llegan a esa cifra.

A esa cantidad que ganan los establecidos en la Gran Carpa hay que agregar los cientos de jugadores que están en los circuitos menores, tanto en en el país como en Estados Unidos.

La creación de empleos es otro factor que hay que tomar en consideración, debido a que casi todas las academias de béisbol cuentan con un personal numeroso netamente dominicano.

Resulta contradictorio que el béisbol, en términos generales, no tenga el respaldo que requiere para su desarrollo integral.

Por ejemplo, es penoso que siempre sea el Estado el que tiene que asumir responsabilidades directas cuando hay que realizar una inversión en cualquier estadio, que son casi de su uso exclusivo, como son el Quisqueya- Juan Marichal, Cibao, Julián Javier y el Tetelo Vargas.

Como empresas privadas, los equipos deben ser solidarios y aportar un por ciento de sus ganancias para el desarrollo del béisbol, dineros que deben manejar “notables”.

También es una barbaridad que haya un desinterés total por mantener nítidos los estadios.

Puerto Rico, que fue arrasado por el hucarán María hace unos meses, ya está en capacidad de montar series de equipos de Grandes Ligas.

Aquí, lamentablemente, no se puede, porque los estadios, ninguno, cumplen los requisitos.

Es tiempo que el béisbol se trate como una industria y se le den los incentivos y facilidades que tienen otros renglones menos importantes.



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