El avance de las mujeres en la neurocirugía

Santo Domingo.- La neurocirugía es una de las especialidades médicas más exigentes y, durante años, ha sido un campo dominado por hombres. Sin embargo, cada vez más mujeres están abriéndose paso y destacando en esta disciplina, especialmente en áreas de alta especialización como la neurocirugía funcional.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, la neurocirujana funcional Ámbar Pérez Fernández compartió con El Día su experiencia y trayectoria en esta especialidad, destacando los desafíos y avances en la inclusión femenina dentro del campo.

Pasión por la neurociencia

El interés de Pérez Fernández por la neurocirugía comenzó mientras era monitora de la Cátedra de Neuroanatomía en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

«Allí fue cuando me fascinó la complejidad del cerebro», relata.

Desde entonces, se dedicó a perseguir su vocación, logrando acceder a una de las limitadas plazas en neurocirugía y posteriormente especializándose en neurocirugía funcional. «Al finalizar la carrera, tuve que pasar por un riguroso concurso para conseguir una de las escasas plazas en neurocirugía. Luego de completar la especialidad, decidí profundizar en la neurocirugía funcional», explica.

En su práctica diaria, enfrenta casos complejos, especialmente relacionados con epilepsia refractaria, trastornos del movimiento como el Parkinson y el uso de estimulación cerebral profunda para tratar enfermedades psiquiátricas.

Innovación y enfoque integral

Para la doctora Pérez Fernández, la neurocirugía funcional no solo requiere precisión quirúrgica, sino también un enfoque interdisciplinario. «Colaboramos estrechamente con neurólogos, psiquiatras, psicólogos, anestesiólogos y fisioterapeutas. Este trabajo en equipo nos permite diseñar planes de tratamiento personalizados que mejoran la calidad de vida de los pacientes», destaca.

Los avances tecnológicos también están marcando el futuro de la especialidad. «La neurocirugía está estrechamente ligada a la robótica, la inteligencia artificial y la neuroestimulación. Cada vez contamos con herramientas más precisas que nos permiten planificar y ejecutar procedimientos con una exactitud milimétrica, reduciendo riesgos y mejorando los resultados», explica la especialista.

Más mujeres en la neurocirugía

En los últimos años, ha habido un aumento en la presencia femenina en esta área. «Hoy en día, vemos a muchas colegas en neurocirugía pediátrica, base de cráneo, endovascular y otras subespecialidades. Esto demuestra que las barreras están disminuyendo, pero aún queda mucho por hacer», señala Pérez Fernández.

Su propio camino no ha estado exento de retos. «Ser la primera mujer en completar la residencia en neurocirugía del Hospital Darío Contreras fue un gran desafío. Tuve que esforzarme el doble para demostrar que la capacidad no depende del género, sino del compromiso y la preparación», comenta.

Para ella, el apoyo a las mujeres interesadas en la especialidad y la creación de un entorno laboral inclusivo son fundamentales para el crecimiento de la nueva generación de neurocirujanas.

El avance de las mujeres en la neurocirugía representa no solo un logro individual, sino una transformación en la medicina, donde la diversidad de perspectivas contribuye a una mejor atención y desarrollo de la especialidad.