Washington.- El autor del tiroteo que acabó con la vida de nueve personas en un centro universitario del estado de Oregón (EEUU) este jueves compró hasta 13 armas de manera legal y utilizó media docena en el campus, informó hoy la Policía.
Chris Harper Mercer, de 26 años, asesinó a tiros a nueve personas e hirió a otras siete, dos de ellas aún en estado crítico, y falleció después aparentemente en un enfrentamiento con la policía.
Según indicó en una rueda de prensa la agente especial del Buró de Armas y Explosivos (ATF) Celinez Núñez, el autor de los disparos en el colegio universitario de Umpqua (Roseburg, Oregón) compró todas sus armas de manera legal en los últimos tres años. Seis de ellas fueron halladas en el campus universitario y siete más fueron encontradas por los investigadores en su domicilio, que, según el diario local “The Oregonian”, compartía con su madre.
Según Nuñez, el atacante llevaba al menos un rifle, cinco cargadores y un chaleco antibalas cuando irrumpió este jueves en el centro educativo.
Las autoridades siguen intentando determinar la motivación que llevó a este joven, descrito como una persona reservada, a disparar a sangre fría a por lo menos 16 personas.
Según el Ejército estadounidense, Mercer intentó ingresar en las Fuerzas Armadas en 2008, pero no superó las pruebas mínimas de acceso.
El autor de los disparos nació en el Reino Unido, pero creció en Estados Unidos y residió en California, antes de mudarse con su familia a Winchester (Oregón), cerca del centro universitario en el que perpetró el ataque.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, volvió el jueves a pedir actuar para evitar este tipo de tiroteos masivos en lugares públicos.
Desde diciembre de 2012, cuando un joven con problemas mentales mató a una veintena de niños en la escuela primaria de Sandy Hook (Connecticut), la Casa Blanca ha presionado para que se eleven los controles psicológicos y se limite la venta de cargadores de alta capacidad.
No obstante, legisladores de ambos partidos y la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) se han opuesto a tomar medidas, pese a que Estados Unidos tiene el más alto índice de muertes por arma de fuego de un país desarrollado.