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El aumento de los precios obliga a reducir el menú tradicional de la cena de fin de año

  • Entre precios en alza y presupuestos ajustados, la cena de fin de año se reinventa en muchos hogares dominicanos sin perder su valor como punto de encuentro familiar.

Cena navideña dominicana
Tradicional cena navideña dominicana. Fuente externa

Cada 31 de diciembre, entre comidas, bebidas y fuegos artificiales, los dominicanos se reúnen con sus seres queridos para despedir el año en familia.

La cena de fin de año es más que un simple encuentro, refleja la tradición de quienes deciden compartir el último día del año con una mesa llena de sabores que evocan recuerdos y nuevas esperanzas.

Desde tempranas horas de la mañana, los hogares comienzan con los preparativos del segundo gran banquete navideño, que varía en función del gusto y presupuesto de cada familia.

El menú tradicional suele incluir cerdo o pollo asado, ensalada rusa, moro de guandules, arroz primaveral, lasaña, pastelones, pasteles en hoja, pastelitos horneados, teleras y frutas como manzanas y uvas.

Sin embargo, el aumento de los precios de la canasta básica repercute negativamente en la economía de quienes dispensan un salario mínimo, que apenas les alcanza para adquirir productos más económicos.

“Es imposible hacer una cena con 2000 pesos; se te van con cualquier cosa”, manifestó Martha, un ama de casa residente en el sector de Villa Carmen, a quien el alza de los productos mantiene con evidente desencanto.

En promedio, una cena de fin de año para una familia dominicana puede superar los 4,500 pesos, según el menú y la cantidad de comensales. Para muchos hogares, ese monto supone un desafío, ya que el alto costo de los alimentos restringe la compra de productos esenciales.

La pierna de cerdo, por ejemplo, se vende a 129 pesos la libra en los supermercados, pero su precio en el mercado informal asciende a 700 pesos cuando está asada.

Mientras que el pollo entero, opción más económica, cuesta alrededor de 321 pesos y cerca de 400 pesos si es al horno, aunque en los puestos improvisados puede alcanzar los 600 pesos, casi el doble de lo que cuesta crudo.

Preparar la ensalada rusa o el moro de guandules con coco también se ha vuelto un lujo: solo los guandules con coco enlatados alcanzan los 153 pesos, y los demás ingredientes elevan el gasto final.

Nidia Alcántara asistió la mañana de este miércoles a un puesto de venta de cerdo asado con la esperanza de aprovechar las ofertas de fin de año, pero el alza de los precios le impidió adquirir más de dos libras.

“Vine a comprar cerdo para la cena, pero solo me llevaré este pedacito, porque está caro”, expresó con preocupación.

Pese al alto costo de la vida, la tradición se mantiene: más allá del gasto, la cena de fin de año sigue siendo un punto de encuentro que une a las familias y despide el año con gratitud.

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Los que ya no están

En algunas mesas, las sillas vacías reflejan la ausencia de quienes partieron. En otras, el bullicio y los abrazos llenan cada rincón. Pero en todas, la esperanza de un nuevo comienzo se sirve junto al plato principal , como el ingrediente que nunca falta.

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Keysa Leger Periodista

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