SANTO DOMINGO.-La intermitencia de las renovables, constituye un aspecto en contra de la transición.
En el caso de la eólica no siempre sopla el viento, por eso la instalación de molinos debe realizarse en puntos estratégicos tras un estudio exhaustivo; muchas veces esto ralentiza su colocación y resulta más costoso.
En cambio, la solar es más rentable porque los paneles son menos costosos y para su instalación sólo se requiere de un techo que reciba luz del sol.
No obstante, la producción de energía resulta inconsistente en el día y nula en la noche. Y para extender su uso se recurre a un sistema de almacenamiento mediante baterías, lo cual aumenta el costo de inversión y, por tanto, resulta factible sólo para un segmento social.
Inversión
El decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Antonio Ciriaco, considera que abaratar los costos a través de una inversión pública combinada con grandes proyectos privados resultaría beneficioso.
Además, entiende que el país no cuenta con el presupuesto necesario para hacerle frente a las consecuencias de la emergencia global, de modo que, la comunidad internacional deberá integrarse a la mitigación de los daños.
Pese a esta limitante, en el país la energía solar adquiere protagonismo entre las renovables. “Para mí ha sido una maravilla, es más económica y ya no se me dañarán los equipos”, expresa Milcíades Mateo, un empresario que ha dado el salto a las renovables.
En cambio, para las empresas eléctricas el modelo de la generación distribuida supone un déficit en el sector. De hecho, un estudio de los economistas Magín Díaz y Jerónimo Roca indica que en el 2023 representó un impacto de casi US$90 millones. En eso inciden factores como el autoconsumo o tarifa de medición neta.
Es decir, usuarios pequeños se abastecen total o parcialmente con energía renovable (fundamentalmente de solar fotovoltaica) y, eventualmente, inyectan a la red de distribución sus excedentes de energía y reciben un pago.
¿Qué se puede hacer?
Las condiciones del tiempo son factores claves para el dinamismo económico de un país y si estas variables sufren alteración en sus patrones por un largo período, como efecto del cambio climático, peligra la vida humana y la sostenibilidad de su macroeconomía.
Ahora bien, ciertamente, República Dominicana no es la principal responsable de esta emergencia global y no puede cambiar su condición de riesgo, pero si puede contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y disminuir su nivel de vulnerabilidad.
Comenzando por asumir la crisis como tal y generar con premura la toma de conciencia en cuanto a acciones que incidan positivamente en la conservación del medioambiente.
Para ello deben implementarse cambios estructurales que deriven en lo particular.
Como nuevas políticas que impulsen aún más el uso de energías renovables como principal fuente de la matriz energética.
También se requiere de nuevas normativas que fomenten una forma de vida menos dependiente del consumo material. Urge invertir en ciencia, investigación y tecnología.
De igual manera, utilizar los fondos públicos destinados a la publicidad gubernamental, para campañas a favor del medioambiente en las que participen los ‘influencers’.
Es indispensable realizar un levantamiento de vulnerabilidad previo a la temporada ciclónica, para fortalecer las zonas con mayor probabilidad de impacto de fenómenos atmosféricos, mediante la creación de nuevas vías de comunicación y la reubicación de comunidades frágiles.
En cuanto a la movilidad, se debe continuar con la ampliación de sistemas de transporte público y principales carreteras, así como seguir fomentando el uso de bicicletas y vehículos eléctricos.
Es necesario incrementar la reforestación, no para fines de comercio, sino para fortalecer el suelo, evitar inundaciones y deslizamientos de tierra.
Abogar
Mas, se puede considerar un desafío procurar la implementación de estas medidas sin que afecte la estabilidad económica nacional, pues se requiere de una generosa inversión.
De modo que, será necesaria la cooperación de la comunidad internacional para mitigar los efectos de esta crisis ecológica que afecta a todos.
Y para que esto suceda, quienes tienen la oportunidad de alzar su voz en foros internacionales deberán abogar por ello en cada asamblea; el eje central de sus discursos debe ser la mitigación y adaptación de los efectos del cambio climático en el país, mediante la colaboración internacional.
Puesto que, así como la naturaleza ubica a esta tierra en la primera línea de riesgos, al estar situada en el mismo trayecto del sol, también le da la oportunidad de resarcir el daño que la humanidad le ha ocasionado mediante el uso de energías renovables.
Centroámerica
— Costa Rica
Ha llegado a producir hasta el 99 % de su electricidad anual con energías renovables, pero la sequía ha causado en los últimos años una reducción, porque el 67 % lo generan las centrales hidroeléctricas.
Incremento
15,400
Usuarios han optado por las renovables.
Consideran que son económicas y les otorga seguridad energética.