Aun acontecimiento de importancia es tradicional que se le eche un “cubo de agua” para minimizar su impacto o que definitivamente se olvide.
Esa es una política comunicacional que se implementa hace tiempo, pero que en los últimos años ha tomado vigencia de primer orden.
Y no es al azar, porque acontecimientos que en su momento han tenido un peso específico en las luchas sociales, de un instante a otro lo desmontan, como por arte de magia.
A los más recientes hechos protagonizados por la Marcha Verde y los juicios sobre sobornos y corrupción de Odebrechet, se suma ahora lo del Código Penal y la condena a 30 años a Blas Peralta, que han mantenido a la gente “embullada” al máximo.
Otros eventos recientes de mucha importancia se han quedado en el tintero, ya nadie los menciona.
El “artitismo” de la Justicia, encabezado por sus máximos , ha echado al olvido el caso del complejo deportivo La Barranquita, expediente que la Procuraduría dice que lo tiene muy presente, pero solo cuando la prensa se hace eco es que abandonar el silencio y la falta de interés que demuestra desde hace meses por ese caso. ¡Que bien! ¡Así se hace!